“Florence Foster Jenkins”
Y reír hasta llorar de emoción
Inspirada en una historia real sobre la vida de una excéntrica soprano norteamericana llamada “Florence Foster Jenkins”.
Soy de los que piensa antes de ir al cine que es mejor no leer ninguna crítica, y si es posible no saber mucho por dónde va la historia. Lo que he logrado es llevarme por sorpresa cuando una cinta es magistral, emocionante, encantadora, y todos los calificativos positivos que pueda encontrar, es agradecer justamente por no haberme intoxicado por esos comentarios. Sabía que trabajaba Meryl Streep, garantía de confianza. Suponiendo el guión no era bueno, y el reparto no sumaba, con la sola presencia de ella iba salir contento.
Acompañada por Hugh Grant haciendo el papel de St Clair Bayfield, esposo y manager, nunca mejor elegido. Y Simón Helberg conocido actor por sus participación en diferentes programas de tv , aquí interpretando a Cosme McMoon, el pianista seleccionado a través de un casting para acompañar a Florence.
Qué expresiones, qué caras, qué gestos, disfrutar desde el comienzo hasta el fin. Hacía años que no me reía tanto en una sala de cine. Qué puedo decir de Meryl Streep “Florence”. Ella sabe mejor que nadie entrar en ese estado de gracia y ridiculizarse. Que no le importa mucho nada, que le importa mucho todo, que cada movimiento, cada gesto, cada mirada, cada sonrisa, cada lágrima que regala y registra la cámara del director, es una revolución de talento. No se puede ser más expresiva, en su justa medida, para transmitir el estado que se encuentra el personaje; con tanto amor y dedicación. Única. Los tres están excelentes. Logran una unión, armonía preciosa, se conectan, y hace que fluya la historia con total naturalidad.
Gran trabajo del director, con un buen libro y una enorme actriz que logra superar cualquier expectativa, sublime. Para aplaudir de pie.