La vida en tiempos de Internet: El amor, el exilio y la guerra.
El filme del director David Dusa es presentado como parte del ciclo 3 que realiza la productora de cine Tren. Flores del mal es una historia moderna, en la era de Internet. Una obra que refleja la realidad de los jóvenes hoy, donde el consumo de Internet, el acceso a la información desde cualquier dispositivo y la hiperconectividad son parte diaria de estas nuevas generaciones (y de las no tan nuevas también).
Dusa nos trae la historia de Gecko, un joven francés que trabaja en un hotel y que lo hace solo para pagarse Internet y viajar. Ha tenido una triste historia familiar y detrás de una sonrisa contagiosa, hay un gran bailarín. Un hiperkinético que no para de saltar, tirarse al piso y disfrutar de lo que hace, esté donde esté, sea el lugar que sea. Un día conoce a Anahita , una iraní exiliada que gracias a la tecnología sigue de cerca los acontecimientos de su lugar. Allá hay enfrentamientos civilestras las elecciones y está preocupada por sus familiares y amigos, por cada video que se sube a Youtube sobre los acontecimientos de Teherán más se acrecienta su miedo y su culpa por estar en un país libre donde puede caminar alcoholizada por la calle sin que eso sea motivo para que la maltraten o torturen. Entre Gecko y Anahita nace el amor y en esa ebullición de pasión, van aflorando los problemas y necesidades de cada uno, los miedos y preocupaciones, como así también las diferencias culturales y sociales.
Dusa logra ensamblar muchas imágenes de archivo con la ficción que está contando, las usa de marco, como elemento del relato, las hace propias y las resignifica. Usa mucha cámara en mano que dan más realismo a la historia. Cien minutos efectivos sobre un momento en la vida de estos jóvenes, donde el amor, la libertad, la culpa, el dolor y la guerra se entrecruzan a cada momento; y donde es muy difícil es ser feliz cuando del otro lado del mundo hay mucha gente sufriendo. Un mensaje alentador, una película optimista, una obra política y cultural enmarcada en un contexto muy actual y reciente. Las redes sociales como epicentro de la comunicación donde existe la posibilidad de subir un video de un chico bailando, o imágenes cruentas (prohibidas en sus países) sobre enfrentamientos o guerras.
Los usuarios hacen ese contenido y lo suben, las banalidades o no forman parte de Internet y eso es algo que Dusa utiliza como otro elemento potente para profundizar su relato, para hacernos participes de las realidades paralelas que existen y que están a un solo clic de nosotros.