Focus: maestros de la estafa

Crítica de Jonathan Plaza - Función Agotada

Estafadores de poca monta

Advertencia: Esta crítica contiene algunos spoilers.

Focus: Maestros de la Estafa es una película difícil de clasificar, no porque sea algún tipo de experimento audiovisual sino porque se queda a mitad de todos los géneros en los que pretende incursionar. Si nos dejamos llevar por el título del film vamos a esperar ver una película de ese género hermoso que son las estafas. Apropiándome de una frase de mi compañero Nicolás Viademonte me atrevo a decir que hay películas y hay películas de estafas. Es que cuando el fraude, el engaño y la ilusión se fusionan en una película se termina indefectiblemente hablando del cine mismo.

Película de Estafa

Lo fundamental del género es el desarrollo de un objetivo grande, un big hit que ponga realmente a prueba las capacidades de los protagonistas. Eso que tienen obras como El Golpe y otras que pueden repasar en este enlace si les interesa la temática.

Focus, por su parte, prefiere gastar esas energías en pequeños timos que en principio funcionan para revelarnos más de la personalidad de los protagonistas (Will Smith y Margot Robbie) pero que al repetirse a lo largo del metraje empiezan a aburrir. No porque el film se haga extenso sino porque a los 40 minutos de película todavía no podemos precisar bien de qué trata (dura 105 minutos). De esta forma asistimos a un popurrí de subtramas que parecen abrirse y se cierran casi inmediatamente de forma desalentadora. Si pensamos positivamente podemos decir que en Focus los estafadores parecen ser una simple excusa para contarnos un romance.

Romance

Nick (Will Smith) y Jess (Margot Robbie) comienzan a trabajar juntos. Como es de esperar, rápidamente se involucran en una relación sentimental. Esto lo sabemos porque los vemos acostarse juntos y después verbalizar sus sentimientos. La química actoral está tan ausente como los momentos del guión en donde se demuestren sentimientos sin decirlos en voz alta.

Focus: Maestros de la Estafa está llevada adelante con liviandad y desgano.
Un día Nick la abandona. Se supone que por sentirse “demasiado involucrado sentimentalmente” porque eso dice la sinopsis. Nunca vemos este proceso interior del personaje. Tres años más tarde vuelven a encontrarse en Buenos Aires. En ese momento entendemos que están destinados a estar juntos para siempre, de otra forma, jamás se hubiesen encontrado en Buenos Aires. Él quiere volver con ella. Ella lo rechaza (ahora tiene un novio adinerado). Se reconcilian (porque están destinados y eso).

Las breves oraciones separadas por punto y seguido intentar graficar lo que literalmente se ve en la película. Juro que no deje desarrollos relevantes afuera. Todo es así de maquetado. La única diferencia es que entre secuencia y secuencia hay chistes.

Comedia

Por algún motivo que desconozco los directores (Glenn Ficarra y John Requa) que tienen en su haber gemas del celuloide como Loco y Estúpido Amor y I Love You Philip Morris decidieron cortar todos los momentos de suspenso de la película con chistes básicos, gags poco inspirados y gestos cómicos de Will Smith. Los toques de comedia que están lejos de los momentos de tensión del film (que son dos) pueden llegar a sacar una sonrisa. El resto (la mayoría) hacen que el espectador no entienda muy bien la finalidad, ni de los chistes ni de la película.

En fin, Focus: Maestros de la Estafa no es una película de estafas, no sabe generar la empatía necesaria con los personajes como para narrar un romance y no se entiende porque pretende ser graciosa todo el tiempo. El Tour por Buenos Aires está bastante bien y queremos ver a Margot Robbie junto a Will Smith en Suicide Squad el próximo año como Harley Quinn y Deadshot respectivamente. Nada más importa.