Ladrones por el mundo
Buenos Aires is a free country, right?”, pregunta Will Smith, alias Nick, a una rubia argentina, pretendiendo pasar por borracho; y por supuesto, la rubia corrige: “Buenos Aires no es un país, es una ciudad”. La primera equivocación va adrede, el resto queda amparado bajo el subtítulo local de Focus, cuya filmación en locaciones porteñas fue tan promocionada. Rodada en Nueva York, Nueva Orleans y Buenos Aires, Argentina, la primera parte del film muestra el encuentro entre Nick y Jess (Margot Robbie), una femme fatale aficionada al robo, y sigue con las artimañas que Jess aprende de Nick, cuyo equipo es capaz de robar de un plumazo a un centenar de transeúntes. La cacería sigue en el Super Bowl, pero entonces un incidente con un chino burrero destapa la duda. ¿Quién es Jess? Antes de que el deus ex machina de Nueve Reinas muestre las cartas, el dúo ya está en Buenos Aires, y el final es, como corresponde, a fuego lento. Nobleza obliga, la Reina del Plata fue retratada con su natural encanto nocturno. Después, habría que taparse los oídos cuando en el Mercado de San Telmo se oye una sobregrabación de voces cubanas, y en un paseo por Caminito suena salsa y merengue. Y no mirar la letra chica del hospital donde va a parar Will, ni más ni menos que el neuropsiquiátrico de mujeres. Maestros de la estafa, sin duda.