Tras cumplirse diez años de la partida física del negro Fontanarrosa, llega a los cines esta película, compuesta e inspirada en diversos cuentos del reconocido y popular autor rosarino, en la que el espectador tendrá frente a sí un largometraje vocacionalmente gracioso. “Vocacionalmente”, porque el humor es el ingrediente fundamental que pretende sostener la película, algo que en algunos pasajes de la misma lo consigue y en otros tantos no.
Se trata de seis cuentos repartidos en cinco episodios fílmicos y una animación que veremos en tres fragmentos separadas. A priori todas contienen una propuesta impregnada de cotidianeidad barrial y algún hecho particularmente desopilante que valdrá de sostén dramático. Si en la película “Relatos Salvajes”, el hilo conductor de los relatos es el perfil salvaje de los personajes, en la película “Everything You Always Wanted To Know About Sex (But Were Afraid To Ask)”, de Woody Allen es el sexo y en “Intolerance” de Griffith es la intolerancia, de existir en esta película sería solamente la magnífica imaginación de Fontanarrosa, pues no hay muchos puntos en común entre las historias más que un humor considerablemente machista, a mi entender.
Entre los puntos destacables de la película, están la particular originalidad de cada uno de los relatos, en donde interactúan momentos inteligentes, naturales, bizarros y cómicos (lo más recomendable es no conocerlos y sorprenderse en el momento con cada uno de ellos). Como punto de partida, es algo más que interesante para los relatos y además algo muy identificable con las películas con las que uno suele asociar a Woody Allen. Por otro lado, sin lugar a duda, ni desperdicio, el cuento sobresaliente es aquel que protagoniza Dady Brieva: “No sé si he sido claro”. Además de las tres animaciones que componen otro punto alto de la película, pertenecientes al cuento: “Semblanzas deportivas”. Otro aspecto positivo, es que ningún cuento es lo suficientemente aburrido como para que al menos no nos riamos una vez o lleguemos a pensar en plena sala de cine “¿Cuánto faltará para que termine?”, si no que por el contrario, todos tienen algún momento cómico, amoldado a la duración final exacta.
Entre los aspectos reprochables, se puede cuestionar el por qué de la elección de los cuentos que componen a la película, y en algunos casos, al elenco que los integran. Sin la más mera intención de juzgar la calidad profesional de todos los excelentes actores que trabajan, pareciera que algunos personajes no encajan con el actor designado. Por otra parte, en varios pasajes se pierde el ritmo del relato y pareciera ser responsabilidad de un montaje equivocado o una inclusión de planos y gestos que poco suman cada vez que se quiere buscar resaltarse un momento cómico.
El cuento que peor adaptado está es sin duda “Sueño de barrio”, aquel donde actúa Pablo Granados y Chiqui Abecasis. En éste lamentablemente falla todo. Sobretodo si se trata de un cuento tan famoso, y al que incluso han resignificado notablemente, cambiándole nada menos que un detalle en el final del mismo.
Cada evento que colabore en mantener vigente la figura de Fontanarrosa me parece excelente, como sus cuentos, dibujos, entrevistas y conferencias, y si bien la película dista muchísimo de la obra del Negro, es un loable homenaje que además regala incontables momentos de risa para pasar un buen rato.