El director sueco Ruben Östlund pone al ser humano bajo la lupa en este genial film que retrata las consecuencias de un acto egoísta, pero al mismo tiempo tan primitivo como natural.
Una familia pasa las vacaciones de invierno en los Alpes. El sol brilla y las pistas están magníficas, pero cuando almuerzan en un restaurante, se produce una avalancha. Los clientes del restaurante se asustan, Ebba, la madre, llama a su esposo Tomas para que le ayude e intenta salvar a sus hijos, pero Tomas escapó para salvar su vida. La avalancha se detiene delante del restaurante, sin ocasionar daños, y sin embargo el universo familiar se rompió. Ahora Tomas buscará recuperar su lugar en la familia, el de padre protector, el mismo que su esposa, hijos y la sociedad esperan que cumpla.
Fuerzas de la naturaleza
Como reaccionamos ante el miedo y como suponemos que debemos reaccionar ante el miedo son, a veces, dos acciones completamente distintas y hasta opuestas. Cuando la familia está en peligro, se espera que la reacción de un padre sea heroica y desinteresada ¿Pero que pasa si no resulta así? Y para hacer las cosas peor ¿Que sucede cuando no se reaccionó de la forma esperada y la amenaza rápidamente se desvanece? Tomas es un padre que se encuentra en esa difícil posición: La de haber abandonado a su familia cuando avanzaba una inminente catástrofe que, finalmente, nunca sucedió.
Lo que Force Majeure hace -y logra de punta a punta- es explorar las consecuencias de este acto de la naturaleza humana y su impacto en las vidas del resto de la familia. La película está dividida en cinco días que emulan al cronograma vacacional de Tomas, Ebba y sus hijos. Durante el primer día Östlund nos muestra como será la rutina que se mantendrá por cuatro días más, pero durante la segunda jornada es cuando sucede el desastre. Mientras la familia almuerza en un mirador una gran avalancha comienza a acercarse, Tomas cree que está programada y controlada por la gente del centro de sky, pero rápidamente se dará cuenta que no es así. Con el imponente avance de la nieve Tomas agarra su teléfono y corre, mientras que Ebba cubre a sus hijos con un abrazo protector. La amenaza se evapora y abre paso a la incomodidad que nos acompañará por el resto del relato. Tomas no solo deberá lidiar con la nueva visión que su familia tiene de él, deberá lidiar con sus propias falsas expectativas tambien.
Durante los últimos tres días de vacaciones las cosas difícilmente vuelvan a estar como en un principio. La rutina está completamente alterada. Ese acuerdo tácito en donde cada miembro de la familia cumple un rol específico fue destruido. El padre ya no es el ser protector que todo esperaban. Su mujer Ebba se larga a esquiar por su cuenta mientras que sus hijos comienzan a comportarse de manera rebelde contra sus padres, como si esa figura que impone autoridad ya no funciona como tal.
Östlund lleva adelante el relato con buen ritmo. La película nunca aburre e incluso, una vez finalizada, funciona de manera reciclada y puede permanecer en nuestra cabeza por horas y hasta días. El director se apoya fuertemente en los silencios, juegos de miradas o indirectas, armando situaciones que incomodan al espectador y por momentos lo hacen inspeccionar su propia vida y hasta llegar a preguntarse ¿como reaccionaríamos nosotros en esa situación? Tampoco faltará lugar para la risa, aunque estas no llegan justamente por situaciones cómicas que se irán dando, sino más bien que es una risa de incomodidad, en la que nos vemos reflejados como seres humanos.
Conclusión
Force Majeure es una de las cintas que mejor retratan la naturaleza y condición humana. Es un film con el que todos nos podremos relacionar de cierta forma y que nos obliga a echar una mirada sobre nuestras propias vidas. Con un buen ritmo narrativo, Östlund crea situaciones que logran provocarnos risas o hasta vergüenza, y podemos pasar de un extremo a otro en cuestión de segundos. Y cuando una película logra generar sentimientos como estos, no caben dudas que estamos frente algo especial, y Force Majeure es algo especial.