Documental sobre el encierro
Duras historias de vida en el film Fortalezas
Egresados de la Universidad del Cine, el neuquino Tomás Lipgot y el alemán Christoph Behl concibieron a cuatro manos un documental que (apelando también a algunos recursos propios de la ficción) describe distintas historias de vida de personas que viven encerradas (con o sin rejas de por medio) en prisiones, neuropsiquiátricos, geriátricos u hospitales.
La cámara (curiosa y respetuosa a la vez) de los directores registra el día a día, la intimidad cotidiana, las contradicciones, las penas y los sueños de Moacir, un interno del Borda de origen brasileño; de Julio, un interno de la Unidad 32 de Florencio Varela que se enfrenta a la burocrática madeja judicial, y de Manolo y Juanita, que intentan sobrellevar sus penas de amor en un hogar de ancianos. El panorama se completa con Adolfo, Angélica y Aníbal, tres personajes que se resisten a salir de su aislamiento en el hospital Baldomero Sommer, una antigua colonia para enfermos de lepra. En este último caso, los directores se salen del esquema del registro directo (y de ciertas apuestas "actorales" con los protagonistas), al seguir a un grupo de estudiantes secundarios que viajan a visitar (y a escuchar) los crudos testimonios de Adolfo, Angélica y Aníbal. El recurso, en este sentido, resulta menos interesante que los otros.
De todas maneras, en esta querible reivindicación de "locos, presos y viejos", en este viaje a los extremos más discriminados u olvidados de la sociedad, Lipgot y Behl se muestran como lúcidos y sensibles observadores. Fortalezas resulta, por lo tanto, un testimonio valioso.