El enigmático du Pont
Foxcatcher está muy bien narrada. Se trata de una historia basada en hechos reales, ambientada en los ’80. El modo elegido para contarla deja vestigios de lo que es capaz de dar un director como Bennett Miller, quien había demostrado su gran capacidad detrás de la cámara con aquellos convincentes films llamados Moneyball y Capote.
La cinta saca provecho no sólo por lo interesante que se perciben los acontecimientos que tienen lugar en ella, sino también por el excelente trabajo actoral del trío conformado por Steve Carell, Channing Tatum y Mark Ruffalo. Cada uno de ellos se adapta a lo que le exigen sus roles, tanto en lo que concierne a las expresiones faciales como en las posturas y en las formas de caminar, de moverse y de gesticular. En este punto vale remitirse especialmente a Steve Carell, quien sorprende con una interpretación magnífica al meterse en la piel de John du Pont, un millonario que convoca a Mark Schultz (Tatum) de cara a los juegos olímpicos en la categoría de lucha libre con el fin de promoverlo, entrenarlo y proclamarse como su mentor. Lejos de la faceta de comediante que le conocemos, Carell consigue que cada vez que su personaje aparezca en escena le transmita desconcierto al espectador, con ciertos aires de intriga. El sujeto que compone se hace respetar con su sola presencia, con su mirada y con un carácter que se va tornando cada vez más imprevisible. Desde el momento que realiza su primera aparición, el observador puede experimentar la sensación de que algo no le cierra acerca de la enigmática personalidad del acaudalado.
Foxcatcher transita casi constantemente de manera pausada mientras expone las situaciones con una apreciable fuerza magnética. Otro mérito de Miller radica en el modo en que maneja los diálogos, la incomodidad que puede derivarse de algunos de ellos y también los silencios. Un drama que quizás en algún instante parece estancarse ante la dificultad para cambiar de matiz; sin embargo, a su ritmo, le encuentra la vuelta al asunto y muta lentamente hacia un costado más oscuro y alarmante. Es en esos pasajes (y a través de la aptitud de los intérpretes) cuando la narración nos comienza a atrapar en escalas crecientes hasta llegar a un desenlace que, aunque sea conocido por muchos por tratarse de un evento real, estremece y sacude fuerte.
Esperada con ansias por gran parte del público, la proyección dirigida por Bennett Miller casi no sufre intermitencias y gana puntos gracias a la firmeza de su realizador a la hora de plantar los sucesos en escena. Clave resulta el trío principal del reparto, destacándose y sorprendiendo, como se mencionó antes, Steve Carell en un rol totalmente distinto al humorístico en el que se hallaba encasillado.
LO MEJOR: la forma en que está narrada. El trío principal y la sorprendente labor de Carell. Magnética.
LO PEOR: en ciertos pasajes parece costarle cambiar de ritmo.
PUNTAJE: 8,2