Foxcatcher

Crítica de Benjamín Harguindey - EscribiendoCine

Conocerás a un hombre viejo y ruin

“¿Qué es lo que saca él de todo esto?” le pregunta Dave a Mark Schultz. Se refiere al millonario John du Pont, quien le ha hecho a Mark una oferta demasiado buena para ser verdad: que el ex campeón olímpico de lucha libre vaya a vivir con él y lleve su equipo de atletas a por el oro en las próximas olimpíadas. Se trata del típico cuento de hadas que sólo pasa en las películas, con la excepción de que éste se basa en hechos reales. Hechos por los cuales la Justicia halló a John du Pont culpable de homicidio en 1997.

Channing Tatum es Mark Schultz, un luchador olímpico que podría haber tenido clase, podría haber sido un competidor, podría haber sido alguien en vez de un vagabundo, que es lo que es. Vive a la sombra de su hermano mayor Dave (Mark Ruffalo), quien también es un ex medallista olímpico pero lleva la ventaja de tener una familia y encontrarse a gusto entrenando en escuelitas. Una noche, Mark recibe una llamada de parte de du Pont. Tiene una propuesta para hacerle. Manda un helicóptero a buscarlo.

Steve Carell es John du Pont, heredero de la dinastía du Pont, una incestuosa familia de sangre azul que recuerda a los nombres Astor, Rockefeller y Vanderbilt en la medida en que cada generación supo estar en el lugar y momento correctos a lo largo de la historia de los Estados Unidos (manufacturando pólvora o polímeros). Es importante comprender la historia, ya que pesa sobre los hombros de John y guía todas sus acciones. Efectivamente, lo primero que hace cuando Mark se muda a su dominio (“Granjas Foxcatcher”) es darle un video instructivo sobre la historia de su familia.

¿Pero quién es John du Pont? “Ornitólogo, filatelista, filántropo” repite John una y otra vez, como si fuera su mantra. Ahora quiere ser entrenador olímpico y cultivar atletas en su granja como si fueran hortalizas. Ante todo quiere sentirse como un líder, quizás por el tedio de una vida mimada, quizás porque quiere honrar el nombre de su familia y sanar su baja autoestima, quizás porque quiere ganarse el orgullo de su decrépita madre (Vanessa Redgrave), quien sólo cree en la pureza de los caballos de carrera.

La madre se halla confinada en algún lado de la mansión, dedicada a humillar a su hijo porque siente que su hijo la humilla a ella y a la familia. Mientras tanto el ingenuo Mark observa todo desde una pequeña cabaña ubicada a los pies de la mansión, la cual tiene prohibido entrar. Algo huele a Psicosis (Psycho, 1960), aunque al verdadero du Pont le hubiera gustado tener el carisma de Norman Bates. Steve Carell le interpreta como alguien prematuramente viejo, abstraído de la realidad y perdido en un mundo ficticio sostenido por dinero y una desequilibrada fe en sí mismo. Este es el primer gran papel dramático de Carell y se nutre brillantemente de sus facetas más oscuras como cómico. De hecho John du Pont recuerda mucho a su personaje en The Office, Michael Scott: un tipo socialmente inepto que fuerza el buen humor de los demás porque quiere ser el centro patriarcal de atención y afecto de todos aquellos que le rodean. De a momentos, si entrecerramos los ojos, parece estar haciendo del gemelo malvado de Michael Scott, lo cual pone en peligro el verosímil de las partes menos solemnes de la película.

En definitiva Carell, Tatum y Ruffalo exageran sus atributos públicos de vergüenza, lentitud y bonhomía respectivamente (aunque Carell es el que se roba las escenas). Pero por sencilla que sea la operación, el talento del director Bennett Miller hace de Foxcatcher un ominoso y elegante thriller fundado en un rico estudio de personajes que nunca deja de ser fascinante. Miller toma una historia inusual pero real, de las que rellenan los diarios con un poquito de intriga – como El juego de la fortuna (Moneyball, 2012) – y nos convence de la tragedia interna de sus personajes y las drásticas consecuencias de sus acciones.