Me considero cinéfilo, y por eso esta confesión que haré a continuación me puede desacreditar como tal. He visto (antes de ver esta) una película y media del reconocido Shyamalan. Si, leyeron bien una y media. ¿Por qué media? Porque empecé a ver “La Aldea” y realmente no pude terminarla, me aburría mucho (tan solo tres películas no pude terminar de ver en mi vida). La que vi completa fue “La visita” y me pareció que estaba bien (este es el momento en el que el lector que ama a Shyamalan me dice ¿no viste “Sexto Sentido”? ¿”Señales”? No, no las vi.) Entremos en esta nueva película del reconocido director. Como ya sabemos es una película de múltiples personalidades, 23 para ser exactos. Las interpretaciones que hace McAvoy de las distintas personalidades (las que vemos) tiene sus altibajos, pero no deja de ser genial. La película en sí me pareció larga y me hizo bostezar un par de veces (película que te hace bostezar, película que resta puntos, salvo que estés muy cansado) y no me sorprendió tanto como se suponía. Transcurre en su mayoría en un lugar cerrado, me hizo acordar a “No Respires” o a “Avenida 10 Cloverfield”.
El argumento es posible que esté un poco trillado, y hasta me atrevería a decir que predecible. El personaje principal femenino, interpretado por una compatriota, habla con la mirada, y dice mucho, no sé si es un hallazgo del director o un logro de Anya, pero como se ve en el tráiler, la escena cuando es raptada y tan sólo lo mira mientras se le cae una lágrima está cargada de emociones. La importancia de ella está en toda la película y por medio de flashbacks Shyamalan nos muestra el pasado de Casey, estableciendo ciertos rasgos de ella para que entendamos todo lo que sucede en la última mitad de la película.
Fragmentado no me termina de convencer, a mi entender deja cabos sueltos, tal vez para una segunda parte, o tal vez el director quiere hacer un universo de sus películas.
Mi recomendación: No vayas al cine a verla, mirala un finde en casa tranqui, pero mirala.