Fragmentado

Crítica de Martín Pérez - DiarioShow

Elogio de la locura

"Fragmentado" narra la historia de tres adolescentes que son secuestradas por un hombre que alberga dentro de él a 23 personalidades distintas, pero una más poderosa pondrá a todos en peligro. Tras algunos fiascos, M. Night Shyamalan regresó para cautivarnos.

Tres adolescentes son secuestradas por un hombre y encerradas en una habitación. No pasará mucho tiempo hasta que se den cuenta de que su captor es esquizofrénico y cada intento de escapar o movimiento que planeen no será posible de realizar, por las diferentes personalidades que viven dentro del cuerpo de Kevin (James McAvoy).

La psiquis del secuestrador será desnudada para nosotros por la psiquiatra (Betty Buckley) del hombre, una profesional que cree que las múltiples personalidades son una especie de evolución de la mente humana y el tratamiento que le ofrece no es más que una manera de escarbar dentro de su cerebro para demostrar su teoría. Sin embargo, lo impredecible de su comportamiento, más las inquietudes de su doctora significarán un cóctel peligrosísimo para sus víctimas.

Tras algunos fiascos comerciales, M. Night Shyamalan sorprendió en 2015 con "La visita", un filme de bajo presupuesto con el que volvía a llamar la atención del público y la crítica gracias a su particular visión del género thriller. Por ese motivo y por el misterio que ofrecía desde el trailer, "Fragmentado" era una de las películas más esperadas del año, y afortunadamente está a la altura de las expectativas. Manipulando las mentes -como es su gusto- de su audiencia, el largometraje aumenta la tensión a medida que van surgiendo las disímiles personalidades de Kevin.

Altas y bajas

El tono cambia a mitad del metraje, cuando el libreto cuenta cuáles son los motivos del secuestro y las intenciones del esquizofrénico. Sin embargo, lejos de encontrar la calma, la variación hace más entretenido el cuento, porque si bien se devela información, se percibe que no existen límites en la propuesta, que en el caso de Shyamalan, puede derivar en cualquier tipo de delirio. Sin embargo, las vueltas del guión, que no llegan a ser quiebres, mantienen una línea -sinuosa en todo caso- y el director especula demasiado en los caminos a los que quiere llegar. De todas formas, el valor del riesgo es mejor que la opacidad, y en una historia de suspenso psicológico es mejor excederse que quedarse a mitad de camino. Las "entidades" dentro del personaje de McAvoy están muy bien contenidas, y el actor se destaca en sutileza y versatilidad a la hora de componer cada una de las personalidades.