Fragmentado

Crítica de Rosana López - Fancinema

RELATOS FRAGMENTADOS

ATENCIÓN: SE REVELAN DETALLES IMPORTANTES DE LA TRAMA

Night Shyamalan es uno de los reyes del thriller de las últimas dos décadas desde aquella pieza espectacular que fue Sexto sentido (1999), que supuso un interesante giro de tuerca e incluso dentro de la historia del cine de suspense. Claro que con el pasar del tiempo su pulso fue derrapando, y gran parte del público no perdonó algunas incursiones como El fin de los tiempos, películas demasiado débiles con las que hasta la crítica lo defenestró.

A favor del director podría decirse que Los huéspedes (2015) fue un digno regreso donde con el manoseado estilo de cámara en mano (recreando el mockumentary) dos niños conocían por fin a sus “tiernos abuelitos” mientras su madre disfrutaba de unas vacaciones cariocas. En esta oportunidad, Fragmentado es un proyecto autofinanciado y con apoyo de la productora Blumhouse de Jason Blum.

Esta nueva película resulta un producto pretensioso donde el cineasta de origen indio estudió casos de identidades disociadas, aprovechó las clases de psicología cuando fue alumno en la Universidad de Nueva York y se entrevistó con psiquiatras expertos en la temática para volcarlo en este thriller. La película cuenta cómo un tipo convive con 23 personalidades distintas, algunas violentas, otra infantil, y hasta una femenina. A la vez, relata cómo este paciente psiquiátrico rapta a tres jóvenes para retenerlas en un bunker abandonado.

El protagónico recae en la impecable versatilidad y capacidad multifácetica de James McAvoy (la saga X-Men, El último rey de Escocia), un loco de aquellos que cambia de actitud en cuestión de minutos y explica a las jóvenes secuestradas el leimotiv de la profecía que se avecina. Serán entre estas adolescentes, la excluida Casey (interpetada por la estadounidense-argentina Anya Taylor-Joy, vista en La bruja y que aquí no se luce demasiado) la que lidie con el captor y le siga su juego. Al parecer una experta en esta cuestión, por su oscuro pasado familiar que Shyamalan irá revelando a gotas. Otra que aparece aquí es Betty Bucley (actriz emblema del género, quién dio vida a la profe de Educación Física en Carrie, de Brian De Palma) como la especialista que trata el trastorno del protagonista y busca una cura posible a este caso extremo.

Fragmentado nunca deja de entretener y aunque esté bien narrada, le sobra metraje. Al principio desarrolla muy bien los climas que cortan el aliento. Los enigmas se van revelando con el correr de la trama y van encontrando la luz, algo que es típico en los relatos de este director. Sin embargo, el desarrollo se vuelve muy extenso y cae en una espiral de secuencias repetidas. Es decir, en una larga agonía que busca su resolución en los diez minutos finales.

Es al final que Shyamalan, como “manotazo de ahogado” y tras una tibia conclusión, incluye un personaje mítico de su filmografía. Su función es ampliar un posible universo en la trayectoria del director: estamos ante el nacimiento de una trilogía. Podemos anticipar que Shyamalan revelará -dentro de algunos años- una continuación del personaje de Fragmentado que se enfrentará al otro, en una película de acción/comic. Por el momento, esta película y su personaje principal son sólo piezas de un gran engranaje que pueden ser disfrutadas sin grandes pretensiones.