Enrique Juárez fue un delegado peronista en el sindicato de Luz y Fuerza durante los años ‘60 y principios de los ‘70. Creía firmemente en el proyecto de gobierno instaurado por Perón. No admitía otra cosa, era un idealista.
Este documental trata sobre la biografía pública y privada de un singular personaje.
Con un relato clásico de entrevistas a familiares y amigos, generalmente cómodamente sentados, y en otras con sus hijos y sobrinos, desempolvando viejas y oxidadas latas con material fílmico en su interior. Porque, su otra pasión, era hacer cine. Enrique filmó varios cortometrajes de ficción y dentro del “ambiente” se estaba haciendo conocido.
Pero no era un cineasta convencional sino que su obra era comprometida social y políticamente. Especialmente después del derrocamiento del General hubo muchos jóvenes directores que necesitaban retratar con sus cámaras los dramáticos y convulsionados sucesos que transcurrían en nuestro país. Con ese plan integrador de pensamientos y opiniones similares se creó el Cine Liberación., y entre sus integrantes secundarios, estaba Enrique.
Bajo la dirección de David Blaustein se estrena éste film nueve años más tarde de haberse filmado, que le corre el velo a la historia de una persona con una personalidad muy particular, porque no sólo se contentó con participar en las reuniones políticas, sino que estaba totalmente convencido de sus creencias y se unió al grupo de montoneros.
Su familia y amigos lo recuerdan con admiración, porque fue perseguido por la dictadura militar y luego asesinado.
El relato va mezclando distintas semblanzas de su vínculo íntimo con imágenes de archivo de noticieros, fotos con gente “pesada” y fragmentos de películas que él filmó.
Pese a que quieren convertirlo en una víctima desestiman el hecho de que el homenajeado tomó las armas en contra de los gobiernos de turno para defender su ideología, aunque haya sido ilegal. No lo critican ni lo juzgan. Sólo lo evocan con cariño.