Otra gema fílmica de CLINT EASTWOOD, su enorme oficio detrás de cámaras le permite fusionar en una misma historia suspenso, realismo bélico y la carga dramática necesaria para atrapar al espectador desde el primer minuto de metraje hasta el último fundido a negro. BRADLEY COOPER, logra aquí una labor para el aplauso, su interpretación tan sentida como desgarradora, cautiva por su sutileza y contundencia. Mucho más que una película de guerra, un retrato reflexivo sobre el horror y el dolor de quienes combaten en la línea de fuego.