Una narración estrictamente clásica dentro de una temática controversial.
Hay pocos, muy pocos directores en la actualidad que mejoren con cada título y demuestren ser una buena inversión de la plata del espectador como Clint Eastwood. Si bien su más reciente opus puede resultar un poco patriotero e intenso para el gusto de algunos, Eastwood demuestra por enésima vez que una narración clásica comunica con efectividad su tema y sostiene el interés del espectador. A continuación mis dos centavos sobre Francotirador.
Donde pone el ojo…
A Chris Kyle (Bradley Cooper) siempre se le enseñó desde que era purrete que había tres clases de personas: las ovejas, que no se pueden defender; los lobos, que se aprovechan de las ovejas; y finalmente, los perros pastores, que protegen a las ovejas. Así que cuando la sombra del terrorismo comienza a cernirse sobre Estados Unidos, Chris decide formar parte de los Navy Seals, las Fuerzas Especiales de la Naval Estadounidense.
En el transcurso de todo esto, Chris conoce a Taya (Sienna Miller) y empiezan a formar una familia. Este sueño americano no tarda en convertirse en una pesadilla cuando ocurren los atentados del 11 de Septiembre y sin miramientos, Chris marcha raudo para Irak en donde no tarda en convertirse en el francotirador con más bajas en la historia de Estados Unidos.
Pero el problema más serio que tiene Chris, no es con el enemigo, sino en casa donde descubre que no puede concebir la vida sin estar en el campo de batalla. Un deber que se confunde fácilmente con la adicción y que puede costarle su familia.
El guión de Francotirador es uno de los pocos que elige distanciarse de la estética narrativa documental que pueblan muchas de las historias sobre la guerra de Irak, y elige, lisa y sencillamente, dar a su protagonista un objetivo concreto (agarrar a un francotirador enemigo) y un riesgo emocional interno claro (la familia que él está dejando atrás y cómo la guerra lo afecta al punto de no poder vivir sin ella). Del mismo modo que en La Conquista del Honor, acá la temática es sobre como el mote de “Leyenda” le pesa al protagonista y lo atormenta más que hacerlo sentir orgulloso.
Los momentos de tensión en las escenas de acción están a la par con las escenas dramáticas en donde el protagonista tiene intensos debates con su mujer sobre cómo esta guerra lentamente saca lo peor de él mismo. Es una efectiva película de acción, apropiadamente sazonada con drama familiar, en donde ambos tienen el mismo peso en el desarrollo narrativo.
…pone la bala
Francotirador te engancha desde el primer plano que Eastwood pone ante nuestros ojos. Pero los aspectos técnicos que brillan son el Montaje y el Sonido. Particularmente una escena en donde la mujer de Kyle, embarazadísima, trata de tener una conversación con su marido, pero a este le empiezan a llover las balas y se le cae el teléfono. La desesperación es tal que estas más preocupado porque Kyle agarre el teléfono y le diga a la mujer que está bien, que por los tiros enemigos que recibe. Solo Eastwood (y sus hábiles montajistas Joel Cox y Gary D. Roach) puede lograr algo así. Una cátedra de suspenso a través del montaje.
Por el costado actoral, Bradley Cooper sostiene con mucha dignidad la película, y bajo la dirección de Eastwood este muchacho no hace más que confirmarse como uno de los actores más sólidos de su generación. Manifiesta el remordimiento de su personaje hasta con la más sutil de las miradas. Un gran laburo interpretativo.
Conclusión
Francotirador es una sólida narración de un director que a esta altura ya no tiene nada que demostrar. La pericia de Eastwood y la narración de Cooper prueban ser una buena inversión. ¿Cómo lo sé? Digamos que cuando termino la función, y salieron los créditos, cayó un silencio de sepulcro en la sala. Uno de esos silencios contundentes por lo que uno acababa de ver. Uno de esos silencios que deja claro que no viste cualquier cosa, sino que viste algo que te afectó.