El estilo burtoniano a flor de piel en este film animado del director de los pelos quemados.
Ni Frankenstein, ni su novia, ni nadie; todos ellos. Es que en el nuevo film de Tim Burton, el astro en lo que a realización cinematográfica respecta, se pone melancólico desenterrando cintas de su juventud. ¿Y nosotros? ¡Más todavía! Tengan a mano pala, una bolsa, electrodos y un poco de agua que les cuento para qué van a servir a partir de este momento.
Para empezar, su primer rasgo positivo: el nombre es universal. Con esto logra que todos nos retraigamos a una misma cosa y nos imaginemos con qué historia nos vamos a encontrar, sin embargo hay mucho más que un ser construido por partes y vuelto a la vida con un par de tornillos metálicos.
Victor Frankenstein es un chico muy curioso e interesado por la ciencia, a la que le dedica todo su tiempo, convirtiéndolo en un raro sin amigos. Su compañero fiel es su perro Sparky; ambos sienten un cariño incondicional el uno hacia el otro. El can es una criatura muy movediza y curiosa que un día, accidentalmente, pierde la vida. A partir de allí, el mundo de Victor (y el del espectador) se derrumba como un cielo tormentoso, pero él no va a perder las esperanzas cuando su profesor de ciencia le demuestre que casi todo es posible con pasión y con un poco de ayuda de la energía natural.
Los amantes de los animales, y en especial quienes adoran a los perros como yo, van a sentir sus pestañas un poco húmedas al salir de esta película basada en un corto que el mismo Tim Burton realizó hace ya varios años. No se asusten, tampoco es una película para llorar mares, pero sí tiene ese dejo de melancolía que todos sus films presentan, en especial porque homenajea a muchas criaturas y personajes del clásico cine de terror y principalmente, porque a nadie le gusta que su mascota pase a mejor vida sea de la forma que sea.
Hay infinidad de guiños que generan mucha simpatía y momentos de humor muy lindos que acompañan a una calidad de realización inigualable. El ‘stop motion’ es casi imperceptible de lo bien que está trabajado y el detalle de ser en blanco y negro lo hace aún mejor. Algunas transiciones son muy originales y las voces de los personajes cuentan con la presencia de celebridades anteriormente reclutadas por Burton, como lo es la de Winona Ryder. La música es muy buena y con efectos sonoros ‘mecánicos’ interesantes. Cuando la vean, hagan el ejercicio de adivinar o descubrir quién se esconde detrás de cada personaje; demasiado esfuerzo no van a necesitar, ya que las asociaciones están geniales.
Y más allá de esta serie de detalles, la historia demuestra que en este universo, cualquier cosa es posible, siempre y cuando se haga con pasión y responsablemente. Un muy buen mensaje para todas las generaciones, de la mano de un tipo que acusa no tener los pies sobre esta tierra.
Con todo esto, el Frankenweenie (2012) es muy llevadero y entretenido para todos por igual, aunque los más chiquitos pueden llegar a suspirar hondo cuando vean la ausencia de colores. Sin duda la recomiendo y cruzo los dedos para que tengamos cine fantástico del de Tim Burton para rato y si es en escala de grises como para resaltar aún más las ojeras de los personajes, mejor todavía.
@CinemaFlor