Frankenweenie

Crítica de Javier Porta Fouz - HiperCrítico

Momentos

Vi Frankenweenie, de Tim Burton. Vi Locos por los votos (o sea, The Campaign). Son dos películas que no volvería a ver completas. Y sin embargo, me gustan, por momentos me gustan mucho. Eso, momentos.

Hay películas que me han gustado menos que Frankenweenie y Locos por los votos y estoy dispuesto a verlas de vuelta completas. Pero no todo el disfrute que puede proporcionar el cine tiene que ver con la cohesión o la homogeneidad. A veces uno se encandila con fragmentos, cree –durante algunos momentos- que está ante grandes películas, y luego la sensación se disipa ante el avance del relato. El comienzo de Frankenweenie exhibe un mundo que se describe con seguridad, clara identidad y estética ya depurada (y todo ya probado en un corto de hace décadas). Y, además, juega fuertes cartas emocionales. El segmento final de la película, con una galería de monstruos fascinantes y monerías varias, es festivo, explosivo. Volvería a ver esas partes de Frankenweenie muchas veces, pero no el segmento del medio, una meseta con esa displicencia narrativa de Burton presente en Sombras tenebrosas (y que llegó a un punto máximo, burocrático, en Alicia) que se intenta disimular con citas cinéfilas.