Frankie

Crítica de Alina Spicoli - Estrelladas TV

El mundo continuará

“Frankie” (2019) es una película dramática dirigida y co-escrita por Ira Sachs. Coproducida entre Estados Unidos, Francia, Portugal y Bélgica, la obra está protagonizada por Isabelle Huppert. Completan el reparto Brendan Gleeson, Marisa Tomei, Greg Kinnear, Vinette Robinson, Ariyon Bakare, Sennia Nanua, Jérémie Renier, Pascal Greggory, Carloto Cotta, entre otros. Tuvo su premiere mundial en el Festival de Cannes.

Luego de estar dos años libre de cáncer, la actriz Frankie (Isabelle Huppert) vuelve a estar enferma. Sabiendo que ya no le queda mucho tiempo por vivir, ella decide reunir a su familia en unas últimas vacaciones idílicas. En la ciudad de Sintra, ubicada en Portugal, los distintos seres queridos lidiarán con la melancolía y sus propios problemas.

Sin gritos ni grandes discusiones, la nueva cinta de Ira Sachs se vuelca más para el lado contemplativo. Con una historia exclusivamente de personajes, a medida que avanza el metraje iremos conociendo a cada uno de los que se embarcaron en estas vacaciones. Tenemos a Jimmy (Brendan Gleeson), esposo de Frankie que no puede imaginar el futuro sin ella; a Michel (Pascal Greggory), primer amor de la actriz y padre de su hijo Paul (Jérémie Renier); a Sylvia (Vinette Robinson), hija de Jimmy que no está pasando un buen momento con su marido Ian (Ariyon Bakare); a la adolescente Maya (Sennia Nanua), nieta de Jimmy que prefiere tomar el transporte público sola e irse a la playa; a la estilista Irene (Marisa Tomei), una de las grandes amigas de Frankie; y por último a Gary (Greg Kinnear), director de fotografía que desea que Irene se case y viva con él.

Con algunas subtramas más interesantes que otras, la película resulta amena principalmente porque los personajes no lucen como tales, llegando a pensar como espectador en que tranquilamente estas personas podrían existir en la vida real. A pesar de estar juntos en un mismo lugar, desde afuera se puede ver cómo cada grupo se desempeña por sí mismo, aspecto que queda perfectamente reflejado en el plano final del filme, dando la pauta de que la muerte del humano es inevitable pero la vida de los demás no se detendrá.

En cuanto a la fotografía, el trabajo del portugués Rui Poças (Zama) es uno de los grandes aciertos de Frankie. Caminatas llenas de vegetación a los costados, azulejos con colores vívidos, el caer de la lluvia, una playa bellísima y hasta el ferrocarril turístico genera que quedemos visualmente maravillados por la armoniosa ciudad de Sintra. Solo por sus imágenes, la película merece ser vista en pantalla grande.

Simple, bien actuada y con un vestuario veraniego donde abundan los verdes, violetas, naranjas y azules, “Frankie” es un dramón distinto por no apelar a los diálogos edulcorados ni clichés. De esta manera, la película aporta frescura al género y uno disfruta viéndola por más que no quede en el recuerdo.