Si hay un medio que aún no logra llevarse bien con el cine, es el de los videojuegos. O al menos las adaptaciones de grandes franquicias, porque si es verdad que varios films utilizaron el lenguaje videojueguil para contar sus historias; y esos sí funcionaron. Y para ese lado apuntaba el estreno de esta semana, Free Guy.
La historia se centra en Guy, una persona alegre y feliz, que ama su rutina pero que se siente solo. Tras conocer a la mujer de sus sueños, decide darle un vuelco a su vida convirtiéndose en una especie de héroe en su ciudad, Free City. O eso es lo que él pensaba, ya que la verdad sobre quien es y el mundo donde vive, está a punto de hacer tambalear todo.
Como dijimos al inicio, Free Guy no adapta ningún videojuego en sí, sino que toma su lenguaje para hacer una película, algo que ya vimos en Scott Pilgrim vs the World o Ready Player One (aunque ambos films eran adaptaciones). En esta ocasión, lo que se agarra son los juegos online donde el usuario tiene libertad total para hacer desmadre en x lugar; aun si eso conlleva a maltratar a los pobres NPC (personajes no jugables).
Ryan Reynolds as Guy and Jodie Comer as Molotov Girl in 20th Century Studios’ FREE GUY. Courtesy of 20th Century Studios. © 2020 Twentieth Century Fox Film Corporation. All Rights Reserved.
Y quizás ahí radique uno de los problemas de la película. La gente no tiene la obligación de saber cómo funcionan determinados videojuegos, y si son un poco duros de marote, nunca van a lograr entender bien qué está pasando, dónde se sitúa la acción, o porque algunos actores están en el mundo real y en el de Free City al mismo tiempo.
Otra cosa en contra es que, si bien la película tiene acción casi de forma constante, se siente un poco larga; y con varios momentos donde lo que pasa no interesa mucho. Si a eso le sumamos que la mitad de los diálogos son de exposición, explicando sin ninguna sutileza que es lo que está pasando, termina provocando que Free Guy se sienta larga pese a que apenas supera las dos horas.
Pero la película es así y todo logra sostenerse. En especial por el carisma de Ryan Reynolds, quien se carga todo el film a sus espaldas, en un papel que le sienta cómodo. Eso sí, no esperen ver humor negro, aunque si, quizás, estemos ante el mejor gag y cameo del año.
Además, el nivel de producción es A1. En ningún momento veremos algún efecto que se note, o pantallas verdes que den vergüenza ajena. En este sentido, la película hace los méritos suficientes como para que paguen una entrada de cine.
Free Guy es una película pasatista. Promete acción y es lo que da, pero al mismo tiempo nos deja una sensación de que es algo que ya vimos en el cine, pero con otra fórmula. Eso, sumado a que por momentos uno se queda esperando a ver en qué momento reírse, termina por restarle varios puntos a esta producción.