“Free Guy: Tomando el Control” (de mi propio destino).
Guy (Ryan Reynolds) es un empleado bancario que tiene una vida aparentemente perfecta. Se levanta todas las mañanas con una sonrisa de oreja a oreja, es por demás de optimista, y comienza su rutina con un rico café. Mientras lo seguimos con su andar radiante, ya notamos algo extraño. En la calle se suceden episodios muy violentos (explosiones, robos y demás), pero este lo asume con total naturalidad.
Guy, un día, motivado por la actitud valiente de una bella mujer, decide romper con sus hábitos. Comienza a elegir otra ropa, a realizar otro tipo de acciones como enfrentar a los delincuentes que ve a diario. La revelación viene acompañada por unas simples gafas de sol, que cuando se las coloca le muestran algo extraordinario: un mundo nuevo o un mundo paralelo. Resulta que Guy forma parte de un videojuego, es un PNC (un personaje secundario de Free City). Y por su nuevo accionar, es un “error” del sistema.
Fuera de este universo virtual, se encuentran Miller (Jodie Comer) y Keys (nuestro chico Stranger Things, Joe Keery), las mentes detrás del Free City quienes se encuentran alejados uno de otro. Keys ahora trabaja para Antoine (Taika Waititi), un ambicioso y poderoso empresario del rubro, que parece haberle robado alguna que otra idea a este par creativo.
Guy es un ente virtual autónomo, un rebelde, que resurge desde su invisibilidad para ahora protagonizar el juego. Él y los de su misma condición, porque claro que colocará más de una gafa para revelar esa otra realidad en donde se puede tomar decisiones por cuenta propia. A partir de este planteo diríamos filosófico existencial, hasta uno de índole más tecnológico como es la inteligencia artificial, se estructura esta tecno aventura.
Indiscutido el carisma de Ryan Reynolds, así como el aporte hilarante de Taika Waititi, en el rol de este falso gurú tecnológico (infantil y caprichoso), que lo único que le importa es el dinero. Ambos le suman solidez a este relato colorido donde la acción no cesa, acorde a la lógica de un videojuego; y está muy presente la comedia. Free Guy es un viaje divertido, singular, también algo sentimental, que le sacará más de una sonrisa al espectador (y esto se agradece).