Fallida propuesta que revisita clásicos del cine en donde un/una hombre/mujer despiertan del letargo que las reglas y estructuras le han impuesto a sus cotidianeidades. Ryan Reynolds no es Jim Carrey, y no lo será nunca, aunque fanáticos exacerbados por su rol de Deadpoool y el ambiente gamer de la propuesta intenten posicionar esta aventura, grande en presupuesto, pero pequeña en ideas, como la gran comedia del 2021.