"Frente al mar", una crisis tediosa
Tuvimos que esperar una década para volver a ver actuar juntos a Angelina Jolie y Brad Pitt. En aquella oportunidad se juntaron para protagonizar "Sr. y Sra. Smith" (Mr. & Mrs. Smith, 2005), una película que no sólo fue un éxito en taquilla sino que también fue en donde se enamoraron e iniciaron su romance (mal que le pese todavía a Jeniffer Aniston, esposa de Pitt en ese momento).
Desde esa fecha hasta acá la pareja se dedicó a desplegar todo su glamour como el matrimonio emblema de Hollywood, criar seis hijos y llenar las páginas de las revistas del corazón.
La única vez que habían colaborado juntos en algo que tuviera que ver con el cine fue con "Todo Corazón" (A Mighty Heart, 2007), en donde ella actuaba y él producía. Ahora nos llega "Frente al Mar" (By the Sea, 2015), un drama producido, escrito, protagonizado y dirigido por Angelina Jolie Pitt (sí, primera vez que aparece su nombre escrito así en los créditos).
Roland (Brad Pitt) y Vanessa (Angelina Jolie Pitt) son un matrimonio norteamericano que llega a un tranquilo y bellísimo lugar en la costa de Francia. Él es un escritor famoso que busca la inspiración que le permita escribir su próxima novela, aunque lo único que encuentra es un formidable bloqueo y una tendencia a beber cada vez más. Ella es una ex bailarina que por fuera expone una dura coraza de cinismo y frialdad, y por dentro desborda de angustia y dolor. Es evidente que la pareja atraviesa una crisis de la que, parece, ya no hay vuelta atrás. Pero la relación que entablarán con algunos habitantes del lugar y la llegada de una joven pareja de recién casados al hotel en donde se hospedan puede, de alguna manera, hacerles encontrar nuevamente el sentido a su matrimonio y con el amor que se tuvieron.
Estamos aquí ante la película más personal de las cinco que dirigió la actriz. No es casualidad por eso que haya elegido la década del setenta para contar la historia y que la trama se desarrolle en Francia. Por un lado, para evitar cualquier distracción que sus personajes puedan tener en el presente (por ejemplo, celulares), y por el otro para darle al largometraje cierto halo de película intelectual europea. Es que por esos años ese cine destilaba mucha crisis y drama existencial, algo de lo que quiere rescatar la directora.
La fotografía es bellísima, la locación estupenda (es la isla de Gozo, en Malta, donde el matrimonio estuvo de luna de miel mientras filmaba), las actuaciones están correctas, pero lo que falla es en cómo nos cuenta la historia. Es que utilizar excesivas tomas en las que abunda el silencio no siempre es efectivo, así como tampoco le da profundidad a la historia, ni insistir en situaciones como las escenas de adicción al voyeurismo que muestra el matrimonio (Vanessa espía por un agujero en la pared a la parejita y después lo hace su esposo). Además, el conflicto principal es previsible y tampoco parece de tal magnitud como para que los personajes lo padezcan tanto.
La película es demasiado larga, por momentos se torna aburrida y el interés en ella se va perdiendo a medida que avanza por repetitiva y sofocante.
No hay dudas de que Brad Pitt eclipsa la pantalla, al igual que Angelina, pero ni ellos ni que haya actores secundarios de la talla de Mélanie Laurent, Niels Arestrup o el gran Richard Bohringer logran salvarla del tedio que genera.
El año pasado Angelina amenazó que quería dejar de actuar y se dice que ésta sería su última película. Ojalá que si se retira busque un ambiente montañoso porque "Frente al mar" se va a morir de aburrimiento.