Navegando en agua tibia
En "Frente al mar", un escritor y su esposa llegan a un tranquilo hotel en la costa de Francia en la década de los 70. Su matrimonio está en aparente crisis y a medida que pasan tiempo con otros viajeros recién casados, la pareja comienza a ponerse de acuerdo con los problemas sin resolver en sus propias vidas.
Cuando Angelina Jolie comenzó a filmar “Frente al mar”, su segunda película como directora, trascendieron rumores de que, en realidad, Universal Pictures, no apostó a esta película, sino que le “regaló” a la actriz la producción en un intento por convencerla para que protagonice la secuela de “Wanted” (o “Se busca”), ya que Angelina se negó a hacerla a pesar de la insistencia del estudio. Y con el corte final de “Frente al mar”, las especulaciones vuelven a aparecer. El largometraje narra el viaje de una pareja, Vanessa (Angelina Jolie) y Roland (Brad Pitt), a la costa francesa en los años 70, vacaciones propuestas por el marido ya que éste necesita inspiración para escribir su próximo libro. Varios días a solas expondrán la crisis que atraviesa el matrimonio, que evocará viejos conflictos no resueltos y siempre callados. Todo empeorará (o mejorará) cuando una joven pareja llegue a la habitación contigua y las comparaciones entre el pasado romántico y el presente ensordecedor que viven se hagan más notorias. El clima cambiará cuando, por un agujero en la pared, Vanessa y Roland espíen a sus vecinos y conozcan su intimidad, compartiendo el secreto y yendo cada vez más lejos en un desesperado intento de reavivar el fuego en su pareja.
La premisa es simple, el guión es minimalista (varias escenas carecen de palabras), pero aun así el resultado podría haber sido algo más de lo que es, ya que se estanca en la tibieza. Cuando conocimos la primera irrupción de Jolie detrás de cámara, con “Inquebrantable”, si bien la película tuvo varias fallas, se pudo ver un filme visceral, con cuerpo y drama. En su segunda dirección, la actriz divaga por varios escenarios sin dar a conocer sus intenciones del todo, por lo que “Frente al mar” no explota en ningún momento, teniendo varias oportunidades de hacerlo: la oscuridad del voyeurismo y exploración de la sexualidad, los vicios y adicciones de sus protagonistas, el pasado tormentoso que los une y muchas otras salidas posibles. Evidentemente la propuesta de Jolie directora apuntó a destacar las actuaciones de su “yo” actriz y la de su marido, pero sin elementos consistentes para fortalecer el cuento, se hace imposible demostrar esa faceta, por más que la pareja tenga química, que ambos sean grandes actores, o que el protagonismo recaiga en los dos seres más bellos que existen en la tierra.