En 2013 se estrenó “Frozen”, una película que no solo fue un éxito en taquilla, sino que vino a romper las estructuras clásicas de Disney, donde la trama giraba en torno a un interés romántico y la mujer debía ser salvada por un príncipe. Si bien existieron algunas excepciones a lo largo de la historia, como “Mulán” (1998) o “La Princesa y el Sapo” (2009), “Frozen” nos presentó una relación entre hermanas que elevaba a los personajes femeninos, ahondando en otro tipo de amor.
A pesar de cautivar a la crítica y al público, no era necesaria una continuación de «Frozen», sino que la trama tenía un final que cerraba perfectamente. Pero bien sabemos que todo lo exitoso siempre va por más y es así como decidieron realizar una segunda parte. El resultado es una secuela que cumple pero que no deslumbra.
En esta oportunidad, Elsa recibirá el llamado de una voz desde un Bosque Encantado que las hermanas creían que solo existían en los cuentos que les contaba su padre por las noches. Es así como la reina del hielo se embarcará en un viaje para perseguirla y conocer sus orígenes acompañada por Anna, Olaf, Kristoff y Sven.
Lo interesante de esta nueva cinta es que no es una copia de su antecesora ni busca seguir una fórmula preestablecida para lograr su objetivo, sino que intenta contar otra historia, tal vez más compleja para los pequeños, pero que cumple a la hora de proporcionarnos una aventura entretenida. Además, deja buenos mensajes como el cuidado de la naturaleza, el respeto o la preservación de la cultura, que no se suelen ver en este tipo de películas.
Sin embargo, no se encuentra a la altura del film de 2013, que marcó un antes y un después en las cintas de Disney. Incluso probablemente esta secuela pase desapercibida en los próximos años, como ocurrió con otros largometrajes del estilo. Esto se puede ver, por ejemplo, en que el desarrollo de la historia se vuelve predecible con giros que no resultan ser tan sorprendentes.
Por otro lado, las canciones no sobresalen del todo, como sí lo hicieron en su momento «Let it Go» o «Do You Want to Build a Snowman», con la excepción del tema principal, «Into the Unkown», que logra emocionar y retratar los sentimientos vividos por Elsa.
Los personajes se profundizan un poco más, sobre todo el de Elsa, que podemos conocer más sobre su verdadera identidad a partir de que trata de indagar sobre el origen de sus poderes. El vínculo con Anna se mantiene e incluso se potencia en algunos momentos, mientras que Kristoff pasa a un segundo plano en relación con el film anterior y junto a Sven y Olaf nos otorgan el humor que hay en la película. El muñeco de nieve es sin dudas el comic relief de la historia, que hará reír al espectador en todo momento, incluso en los instantes de mayor tensión y suspenso.
Por otra parte, se destaca en el apartado técnico, con una animación de calidad sobre todo en cuanto a los escenarios y la magia que existe en cada uno de ellos.
En síntesis, «Frozen 2» es una película que cumple con su objetivo, nos ofrece una historia entretenida y un mayor desarrollo de sus personajes. Sin embargo, no solo se siente innecesaria sino que no logra estar a la altura de su predecesora ni a deslumbrar con brillo propio.