La pregunta que debemos hacernos es la siguiente: ¿Queremos ver Frozen 3? Sin duda los realizadores pueden encontrar la manera de seguir contando historias, escribiendo chistes y sumando canciones. Trabajan de eso y son capaces de crear historias de manera efectiva. Pero a diferencia de lo que pasa con otras series o sagas, ya en esta segunda parte se nota que todo es especulación y trabajo mecánico.
La reina Elsa, su hermana Anna, Kristoff, Olaf y Sven se embarcan en un nuevo viaje en lo profundo del bosque, más allá de su tierra natal de Arendelle, para descubrir la verdad sobre un antiguo misterio de su reino. Su objetivo principal es descubrir por qué Elsa oye voces procedentes del Bosque encantado, donde desde hace tiempo nadie puede entrar ni salir. De no lograrlo su reino estaría en peligro.
La narración es prolija y entretenida, las canciones son notablemente inferiores y algunos de los números musicales no tienen sentido alguno. La agenda de corrección política se hace mucho más obvia y prolija, para que no queden aristas sin pulir y nadie pueda hacerle reclamos ideológicos. Para sentarse frente a la pantalla y pasar el tiempo viendo un poco menos de lo mismo.