UN ORSAY MÁS GRANDE QUE UNA CASA
Fuera de juego es una película a la que se le nota el diseño del producto: trama sobre un tema masivo - el futbol –, actores populares en ambas naciones y cameos para publicitar la película (Palermo por Argentina, Iker Casillas por España).
Hay películas a las que se le notan todas las estrategias que fueron parte del diseño del producto. Fuera de juego es una de ellas. Una trama sobre un tema de interés masivo - el futbol – que pueda atraer públicos tanto en España como en Argentina. Actores populares en ambas naciones que permitan esperar éxito de taquilla (además de una actriz que es conocida en ambos lares). Algunos cameos que sirvan para publicitar la película (Palermo por Argentina, Iker Casillas por España), y la pretensión de hablar sobre un tema “importante”.
Todo ello tiene esta pobre comedia española – argentina, filmada hace ya un par de años.
Un joven futbolista argentino de origen amateur repentinamente es elegido por el Real Madrid para incorporarlo a su plantel. Un más que marginal representante de futbolistas español tiene firmado un contrato con su padre, lo mismo que un frustrado técnico de futbol amateur argentino. Este último, internado en grave estado, delegará la tarea de cerrar el trato con el club español en su sobrino, un obstetra cuyo destino futbolero fuera borrado de cuajo en su infancia dada su total impericia técnica. Viajará entonces a España el facultativo con el joven astro del balompié y siguiendo instrucciones precisas de su tío, supuestamente experto en las lides de las contrataciones deportivas, deberá confrontar con el mediocre representante español.
La película, siguiendo las normas de que indican que los guiones deben tener subtramas y personajes secundarios con sus propias historias, incorpora un par de mujeres a la vida de estos hombres. La trama es un conjunto de lugares comunes, chistes previsibles, algo de humor físico pobremente jugado y una muestra de la modernidad española que, vista con dos años de crisis económica, parece un cuento de hadas.
Los actores responden al esquema de producción y por lo tanto no superan esa mediocre propuesta. Cada uno debe hacer su parte en el modelo de coproducción y lo cierto es que parecen hacerlo sin mucho convencimiento. El trabajo del director en cuanto a su modo de trabajar la narración y la propuesta formal dista mucho de superar lo meramente televisivo.
Fuera de juego es una pobre comedia diseñada en un escritorio como propuesta comercial con ribetes de calidad. No logra ni funcionar como comedia, ni tener calidad. El futbol, aun en su expresión mercantil del presente, merece mucho más que esta película.