Fuera de Juego es una ligerísima comedia que retrata, una vez más, el cruce social que ocurre cada vez que un argentino pisa España y viceversa; en este caso, son varios los que llegan al país ibérico para lograr una transacción futbolística que no hará más que complicarse a medida que vaya pasando el tiempo.
A primera vista, uno diría que Diego Peretti no es una cara que se preste a la comedia pero, sin embargo, en los últimos años esto ha ido cambiando poco a poco y lo ha convertido, con su extraño pero adecuado timing humorístico, en un exponente de la nueva comedia argentina. Su contrapartida española es Fernando Tejero, un sinverguenza que se aprovecha de la gente para flotar en el estanque de tiburones que es el mundo del fútbol. Hacia España se dirige el personaje de Peretti a pedido de su moribundo tío (interpretado en un cameo genial por el incombustible Ricardo Darín) para representar al joven Gustavo César Casares (Chino Darín, quien claramente no tiene el talento nato de su padre), un crack en potencia que fichará por una suma millonaria para el Real Madrid. La cuestión es que el joven Gustavo tiene dos representantes, uno argentino y uno español, lo cual generará un tire y afloje en el cual el mejor mentiroso ganará.
Los guionistas Rafael Calatayud Cano y Kiko Martínez caen en lugares comunes para generar las risas de la platea con las típicas bromas de las diferencias de idioma y demases, pero aciertan cuando dejan que ciertas situaciones (siempre involucrando al genial dúo de Peretti y Tejero) se descontrolen; los momentos menos pensados son los más divertidos y orgánicos de la pelicula.
Al margen de tratarse de una película de fútbol, aquellos no fanáticos al deporte podrán seguir la película con fluidez; quizás algún detalle en la trama quede inconcluso (la amargura del personaje de Peretti por no poder jugar desde chico al fútbol queda en el prólogo de la película y nunca es una cuestión mayor para el desarrollo de la historia) o la verdadera naturaleza de cierto personaje que no queda muy bien expresada, pero en líneas generales, es una película potable y entretenida.
Fuera de Juego no es un gran exponente del género de la comedia, y mucho menos ejemplo de una agraciada coproducción hispanoargentina, pero funciona como comedia pasatista muy ligera que se olvida al terminar de verla.