Mentiroso mentiroso
Esta coproducción argentino española apuesta al talento de dos actores, Fernando Tejero y Diego Peretti, para convertirse en una comedia. Los enredos y situaciones ridículas que protagonizan son los momentos del film que ganan en frescura y humor. La historia de la película, aunque bien contada, consigue un plano secundario, pues no pretende ir más allá de una comedia liviana y sin demasiada ambición argumental.
Diego (Diego Peretti) es un médico ginecólogo quien a temprana edad vio frustrado su deseo de convertirse en futbolista profesional. Su tío, principal causante de dicha frustración, es ahora representante futbolístico de las ligas inferiores. Un inminente infarto le impide viajar a España a cerrar el paso de Gustavo Cesar (Ricardo "Chino" Darín), uno de sus jugadores, al club español Real Madrid. Por tal razón le pide a su sobrino que viaje en su lugar con el muchacho y se haga pasar por su representante. El problema comenzará cuando se encuentre con Javi (Fernando Tejero), otro representante deportivo de segunda quien también firmó contrato con los padres del chico tiempo atrás. Su relación se tornará forzadamente cercana y de allí nacerán las mejores escenas del film, principalmente generadas por las aventuras que deben transitar juntos para conseguir el tan preciado botín.
No es la primera vez que a Diego Peretti le toca interpretar un personaje que se ve circunstancialmente obligado a ser alguien que no es –Tiempo de valientes (2005), Música en espera (2009)-. Entre la torpeza, la ingenuidad y sus formas despistadas, logra que estos seres adquieran una gracia natural que conquista al público. La dupla que conforma con el actor Fernando Tejero en este film, donde este último encarna un personaje mentiroso y ventajero, potencia la diferencia con la inocencia desprevenida de Peretti, y la química que se produce es instantánea. Imposible no reírse de los modismos y las formas del español, y dicha ventaja se aprovecha en el film.
En cuanto a la historia que se propone desarrollar el director David Marqués, se puede notar un intento por mostrar una faceta del fútbol claramente descarnada y salvaje, que en nada tiene que ver con el sentimiento que este deporte despierta. Este tópico no deja de ser un cliché dentro del film pues no está más que para dar pie a una historia que apunta a otra dirección y no a profundizar en las bondades o maldades de un ambiente del que hace tiempo se conocen sus ribetes más mezquinos. Por otro lado, tampoco consigue un mayor despliegue argumental en las historias secundarias de “amor”, pues funcionan más de relleno y para dar pie a las moralejas finales que para lograr giros dramáticos interesantes en la película.
Aunque con ciertos detalles un tanto vetustos para el género, este film logra entretener por sus destacables actuaciones protagónicas y su agilidad en el relato. Y, para el público futbolero, el film presenta unos elocuentes guiños que le suman color a la historia.