Thriller chiquito, divertido y desaforado con ribetes hitchcocknianos aunque con un guión comprado en el Once.
¿Qué esperar de una película de Roger Donaldson? Pregunta sin respuesta. O sí, tal vez no esperar mucho más que un thriller bien contado, con cierto profesionalismo, de esos que son definidos con la frase “un buen entretenimiento”. Debo reconocer que tras la seguidilla de Cadillac man, Arenas blancas, la remake de La fuga, Especies, Furia en la montaña, uno no puede tener otra cosa que no sea miedo. Pero caramba, el tipo hizo también Sin salida, que era un thriller bastante tenso, bien narrado, con Kevin Costner y Gene Hackman inmejorables. Vaya uno a saber por qué, las últimas dos películas de Donaldson me gustaron mucho: Sueños de gloria y El gran golpe, dos obras evidentemente diferentes entre sí, pero que tenían como mayor acierto el rigor con el que el cuento se contaba, y la potencial diversión que del relato emergía, una suerte de energía positiva que, en el caso de El gran golpe, era puro vértigo y dureza de cine de género con Jason Statham, el maestro de las piñas, las patadas y el carisma.
Bien, Fuera de la ley presentaba la chance de renovarle el crédito al australiano, pero había un par de luces rojas en el camino: Nicolas Cage en el protagónico y una supuesta trama de venganza ante un caso de violación. Sin embargo, aquella venganza no ocupa más que 10 minutos ya que la película se dispara hacia cualquier lado, con un ritmo frenético y giros constantes que hacen avanzar la historia con mayor o menor fortuna; y la presencia de Cage no atenta contra los resultados del film porque básicamente los giros de la trama resultan tan disparatados por momentos, que la falta de verosímil con la que uno lo ve moverse por el plano encaja perfectamente con una trama que va a toda velocidad transgrediendo incluso su propia lógica interna y sin que eso importe demasiado. Fuera de la ley es una de esas películas que militan porque el cine sea movimiento, ante todo.
Cage es un docente amable y January Jones, su esposa, una ejecutante del violoncelo que es abusada sexualmente y golpeada por un desconocido. Hasta ahí lo esperable y lo que parece un thriller rutinario se reconvierte con la presencia del enigmático personaje que interpreta Guy Pearce, alguien que se encarga de “solucionar” este tipo de asuntos a cambio de que luego uno le dé una mano en algo que necesite, en una carrera divertida casi hitchcockniana, casi depalmiana, aunque con un guión comprado en el Once. Y a todo esto, Fuera de la ley le suma una mirada sardónica sobre la sociedad preocupada en la máxima seguridad (su final es sumamente cínico y pesimista, en un sentido setentista del cine) y una bajada de línea sobre el desamparo en el que se vio sumida la sociedad de Nueva Orleans luego de Katrina (otra vez Cage, otra vez Nueva Orleans, pero sin Herzog). Si bien esto está, Donaldson sabe que si en el cine el huevo es el tema y la gallina es la acción, la gallina está primero que el huevo. Y la gallina de Donaldson es la gallina de los huevos de oro. Fuera de la ley es un thriller chiquito, divertido, desaforado, disparatado y disfrutable.