Cita con el Diablo
El director de La vida de Jesús, La humanidad, Flandres y Entre la vida y la pasión vuelve a sus retratos de pueblos grises y abúlicos (en este caso, uno ubicado en la costa norte de Normandía) para describir la extraña, enfermiza relación entre una atribulada chica (la debutante absoluta Alexandra Lematre) y un homeless (David Dewaele, en su primer papel protagónico), quien -casi sin proponérselo, como si fuera la cosa más normal del mundo- se irá convirtiendo en una suerte de asesino serial (sin una pizca del glamour ni el regodeo sangriento ni la estilización de tanto cine hollywoodense, claro).
Si bien en la propuesta ascética hay algo de déjà vu respecto de sus films anteriores, Bruno Dumont da aquí unas cuantas vueltas de tuerca (hay algo de fantástico / sobrenatural en el relato) y vuelve a demostrar que el peso, la consistencia, la profundidad de cada uno de sus planos vale más que buena parte del cine contemporáneo.
Para destacar, la austeridad absoluta de la puesta en escena, las decisiones estéticas y el acabado técnico (se filmó en pantalla casi cuadrada y con sonido mono, casi no hay diálogos y la música brilla por su ausencia) de este cineasta a la vez minimalista y desgarrado, místico y trascendente, riguroso e inquietante como pocos. Bienvenida su llegada a la Sala Lugones.