Fuerza antigangster sólo a media máquina
Sean Penn es el ex boxeador Mickey Cohen, gangster temible y caricaturesco decidido a tomar por asalto la ciudad de Los Angeles y, si fuera posible, todo el estada de California. La heroína y la trata de personas son sus principales negocios que no piensa compartir con sus colegas de Chicago. Su intención queda en evidencia en una de las escenas iniciales de «Fuerza antigangster», donde manda a descuartizar al estilo Tupac Amaru -pero con autos- a un emisario de la capital gangsteril de los Estados Unidos.
Corre el año 1949 y Josh Brolin, raro caso de sargento de policía honesto, entiende que la ciudad que dejó antes de ir a la guerra no es la misma que encontró al volver. Como tiene más músculos que cerebro, actúa atacando de frente a cualquier hampón que se le cruce, lo que llama la atención del también honesto jefe de policía Nick Nolte, que le propone organizar un cuerpo de cuasi parapolicías dedicado a sabotear toda operación del jefe mafioso, ya que sin jueces honestos sería imposible actuar por derecha.
Nadie se va a quejar de la falta de acción ni la escasez de tiroteos. Hay muchos, en medio de una vistosa ambientación de época llena de detalles coloridos y pintorescos, como la presencia de la mismísima Carmen Miranda, todo excelentemente fotografiado por Dion Beebe. Sólo que el director Ruben Fleischer (el de la más divertida y coherente en estilo «Tierra de zombies») no supo o no pudo darle al tono adecuado a esta película que tenía todo para ser una gloriosa masacre de hampones con guiños a todos los clásicos, desde la era de James Cagney al Brian De Palma de «Los intocables», y en cambio quedó un poco a mitad de camino tanto por no definir cómo usar la violencia en los momentos culminantes -da la sensación de que, o le sobra, o le falta-, como por no tener tampoco un guión lo bastante elaborado que aporte algún otro tipo de elemento para que ese asunto no resulte tan importante.
En todo caso, la película no aburre nunca pese a durar casi dos horas, está bien filmada y no le faltan buenos intérpretes, incluyendo espléndidos actores de carácter como Robert Patrick (que realmente se luce), Giovanni Ribisi, Jon Polito y Michael Peña, aunque los estelares en algunos casos daban para más, empezando por el malísimo Sean Penn que de todos modos agrega su talento a casi todas las escenas en las que aparece. En realidad, el mismo problema quizá también se aplique a toda esta «Fuerza antigangster», típico producto cuyos defectos quedan claros en pantalla grande mientras sus cualidades se apreciarán especialmente si se los descubren en DVD o en una sesión de zapping.