Esta película no aburre, con cien por cien de certeza puedo asegurar que nadie se va a quedar dormido en el cine, a menos que por razones personales le suceda.
Dicho esto, el filme abre con la leyenda “basado en hechos reales”, y como si esto fuese un axioma cada vez que aparece hay que saber que no es creíble.
En este caso sólo la existencia de Mickey Cohen (Sean Penn) es verdadera, el resto es una construcción literaria sobre un momento de la vida en la ciudad de Los Ángeles.
Digamos que tomando en cuenta los personajes se podría decir que estamos ante una remake, con otro nombre, de “Los Intocables” (1987), la genial película de Brian de Palma.
Dicho esto, pues tanto las fuerzas antagónicas, conformadas ya sea como grupos o como personajes principales de manera individual, van cumpliendo iguales performances, repiten lo constituido en el filme de De Palma. Alli era Al Capone / Elliot Ness. Acá hay un jefe mafioso que domina la ciudad bajo el terror, Mickey Cohen, al que se le enfrentará el sargento John O´Mara (Josh Brolin) quien por encargo del jefe de policía Parker (Nick Nolte) conforma un grupo que no se regirá por dentro de los cánones de la ley para combatir a la mafia.
¿No le resulta conocido?
Pero la producción tiene sus valores propios y sus hallazgos. Es un típico filme “noir”, o de policías, o de gangster, o como más se lo conoce desde la traducción como cine “negro”, ya que tiene todos los elementos pertenecientes al género. Pero incurre en la superposición de géneros, por momentos es muy identificable la iconografía del western, en escenas dentro de un casino clandestino, los caballos para la huida, el típico calabozo, y el uso de los distintos tipos de sombreros de los personajes, lo que no va en detrimento del producto en forma directa. Sólo que el amontonamiento de distintos tipos de representación dan cuenta que lo que más endeble de la producción es el guión.
Pues no sólo el western se hace presente, algunos personajes parecen salidos de tiras cómicas, o simplemente desde su presentación e imagen extraídos de realizaciones como la de Warren Beaty “Dick Tracy” (1990), principalmente Mickey Cohen, al que no hay que echarle la culpa al gran Sean Penn, es toda una elección del responsable del filme.
Los hallazgos están en el orden del diseño de producción, esencialmente en el diseño de arte, por cuanto la reconstrucción de época es impecable, tanto en el orden de la escenografía como del vestuario. Lo mismo ocurre con la banda de sonido, en donde el montaje tiene una función de verosímil increíble, y la música esta puesta por destino en ser sostenimiento y creación de climas.
La fotografía es el punto más alto de rendimiento, el manejo de la luz, la iluminación sobre los rostros y los claroscuros se llevan la mejor parte, no el uso estilizado de algunos recursos técnicos como determinados movimientos de cámara, el empleo del raleti de algunas acciones puestas en función simple de transitar sobre la violencia excitante y glamorosa.
En cuanto el rubro actuaciones a los ya nombrados, destacándose Josh Brolin, hay que agregarles toda una selección de actores que realizan una muy buena performance, comenzando por Ryan Gosling, Robert Patrick, Giovanni Ribissi y culminando por agradecer la inclusión de Emma Stone como Grace Faraday, la mujer de Cohen y amante del sargento Jerry Wooters, interpretado por Gosling.
Resumiendo: mucha acción, violencia casi legitimada, montaje por momentos vertiginoso, ritmo acelerado que no decae, lo va a entretener, no se va a dormir, de ahí a que sea una gran película hay un trecho.