La continuación de Fuera de la ley es tanto un policial y una comedia. La única relación de Fuerza bruta con la precedente reside en algunos personajes, y en especial el que interpreta el corpulento Don Lee, quien vuelve a darle vida al detective Ma Seok-do. La simpatía del personaje es tan ostensible como su heterodoxa agilidad física. El cuerpo del actor luce a punto de estallar, como si la piel y la carne no fueran suficientes para contener la fuerza que emana del cuerpo. Tal condición anatómica es central en la puesta en escena, porque la comicidad proviene de ese desborde de fuerza. Toda la película pasa por esa condición física. Verlo caminar, solamente, es de por sí gracioso.