La infancia de Samuele
El drama humanitario de los refugiados en Lampedusa, tragedia y la vida cotidiana de un pueblo.
No importa el siglo, el destino de la isla de Lampedusa esquiva la vida pacífica de pueblo chico que podría sugerir su extensión, o sus costas azules del Mediterráneo. Sus veinte kilómetros cuadrados, su geografía africana y su pasaporte italiano la convirtieron en los últimos años en horizonte de salvación para miles de migrantes africanos, que juegan sus vidas para huir de países en guerra, intento ciego por llegar a Europa. Fuocoammare (Fuego en el mar), el documental de Gianfranco Rosi, Oso de Oro en Berlín, transmite con austeridad conmovedora ese drama sin freno.
Irremediable como el destino mismo de Lampedusa es el de Rosi, cuya ruta personal lo convierte en un actor vital de la historia que cuenta. Eritreo, debió abandonar a sus padres y su país africano en medio de la guerra, a los 13 años. Refugiado en Roma vivió luego en Estambul y se volvió cineasta en Nueva York. Con Boatman siguió en un plano único el trayecto de un canoero hablando a cámara mientras remaba el Ganges y en Sacro Gra recorrió el complejo anillo de autopistas que rodea a la ciudad de Roma. Su mirada de autor se potencia en Fuocoammare.
Quizá por eso haya elegido la inocencia de Samuele, el niño que juega con sus gomeras, su familia de pescadores, su vida cotidiana entre radares y llamados desesperados que el no escucha, para contar esta historia. Así segmenta su película, un mismo lugar, epicentro de la tragedia, del gran drama humanitario y la vida cotidiana de sus pobladores. El contrapunto de la infancia con esos otros que llegan exhaustos, moribundos, rodeados de cadáveres. Vida y muerte.
Y rescatistas hastiados, como si no fuesen hombres, mujeres y niños, sino una marea endemoniada la que trae el mar. Y la radio del lugar, y Pietro Bartolo, ese médico hermoso a quien sus colegas le dicen que ya debería acostumbrarse a los cadáveres. ¿Cómo acostumbrarte a ver niños muertos?, pregunta y responde este hombre que también es médico de Samuele. Así es la vida en Lampedusa, silencio que aturde en ese campo de batalla sin bombas ni fuego en el mar.