Furia de titanes

Crítica de Bernabé Quiroga - CiNerd

FURIA DE CINÉFILOS

Empezó como muchas películas actuales siendo nada más que ooootro innecesario remake de ooootro clásico. Pero con el tiempo, los avances empezaron a prometernos una épica e imperdible odisea llena de acción, efectos especiales, criaturas mitológicas y combates espectaculares, envueltos con un bonito moño y acompañados por un música metálica que inmediatamente convirtió este film en lo que para muchos era la película más esperada del 2010. CLASH OF THE TITANS se había ganado al público, pero hay que recordar que los adelantos no son las películas. Son nada más que un lindo envoltorio y es solo cuestión de abrirlo para ver qué nos regalaron -aunque haya que pagar la entrada-.

La campaña publicitaria de este film le jugó una mala pasada a su director Louis Leterrier (THE INCREDIBLE HULK), ya que elevó las expectativas de millones de espectadores que se dejaron engañar por frases tan atrayentes como “La Furia Comienza”, “Malditos sean los Dioses” y, el más usado actualmente, “En 3D”. En resumen, se esforzaron demasiado para que parezca una buena película en lugar de realmente hacerla y, como resultado, tenemos un film poco atractivo que, aunque entretiene también desilusiona.

Alterando la historia a su antojo, FURIA DE TITANES nos cuenta la odisea de Perseo (Sam Worthington de AVATAR), un no-reconocido hijo de Zeus (Liam Neeson de TAKKEN y THE A-TEAM) criado por un pescador, que irá detrás de Hades (Ralph “Voldemort” Finnes) cuando este asesine a su familia adoptiva. Pero cuando los humanos desaten la ira de los dioses y El Amo del Inframundo logra convencer a su hermano Zeus de liberar al Kraken, el destino de Perseo se cruzará con el de los valientes guerreros de Argos, y juntos viajarán por peligrosas tierras, enfrentando despiadadas criaturas, intentando obtener la cabeza de Medusa (uno de los McGuffins más cool de la historia, por cierto) y detener así la maldad de Hades. Aunque suene prometedora, esta es una triste excusa de historia que solo sirve para mover a los protagonistas a la siguiente escena de acción que, aunque están bien hechas, abundan a lo largo del film. Esto provoca que la película sea solo una sucesión de combates y apariciones de criaturas mitológicas, en lugar de centrarse en los personajes, los diálogos o el desarrollo de la trama. Incluso cuando tendría que tomarse su tiempo para el momento culmine del que tanto se habla en el film (el combate contra el Kraken) ya están tan agotados de tiempo que sólo dura unos pocos minutos.

La rebosada dosis de acción y su ritmo rápido mantienen despierto, pero deja como resultado un grupo de personajes chatos y triviales, carentes de motivaciones sustanciales, envueltos en una historia demasiado estructurada y sencilla (a veces hasta un poco sosa) que desaprovecha su potencial y su elenco. A pesar de ser el actor del momento, Sam Worthington no es más que un títere de pocos diálogos, utilizado para atraer al público y blandir una espada; mientras que Ralph Finnes logra una siniestra interpretación de Hades, sin alejarse mucho de su Voldemort de la saga HARRY POTTER. Por otra parte, tenemos a Liam Neeson a quien, en un esfuerzo por alejarlo de las túnicas de la versión original, lo acribillan con el vestuario del film. Su hilarante armadura brillosa, junto a una escenografía carente de credibilidad, presenta a los dioses como seres teatrales y algo ridículos. Aún así, muchas de las mejores escenas de FURIA DE TITANES ocurren allí, con Zeus, Hades y los demás dioses, discutiendo sobre la traición de los hombres con una soberbia que la versión original no conoció.

A pesar de todo, CLASH OF THE TITANS tiene aspectos que vale la pena resaltar, mas allá de los combates increíbles contra escorpiones gigantes y otras criaturas. Dejando de lado los poco convincentes escenarios del Olimpo, el resto de la película está visualmente bien presentada, filmada de manera adecuada, con una estética antigua interesante y con vestuarios, decorados, maquillajes y diseños que denotan una laboriosa producción. La falta de esfuerzo en el pulido del guión provoca el declive del film porque si bien la esencia de la odisea del héroe se mantiene, es opacada por todos los aspectos negativos.

Siguiendo el patrón de las últimas producciones hollywoodenses, sobre todo aquellas en 3D, el film utiliza las herramientas básicas para conformar a la masa pero que lejos están de seducir al cinéfilo. La de Medusa no es la única cabeza por cortar, son varios los que deberían estar pidiendo perdón a los dioses. Recibimos el paquete, pero al abrirlo encontramos una película simple, predecible y sin muchas aspiraciones, que intenta convencernos solamente con escenas de acción y efectos especiales. Lástima que Hollywood no acepta devoluciones y este es un regalo que no se puede cambiar. Ahora sí, la furia comienza.