Solo un hombre
Si al espectador le gusta la Playstation sabrá que existe un juego que se llama “God of War” en versiones 1, 2 y 3, si hace poco fue al a ver Percy Jackson y el ladrón del rayo, y si le gustan los libros de mitología griega (por ahí leyó algo de Robert Graves), si tiene todas o algunas de estas aficiones, esta película es para él. Si no es así, ya puede dejar de leer lo que resta.
Furia de titanes tiene todos estos rasgos, los mitos griegos como base, la espectacularidad del juego de la Play y puntos de contacto con la película de Chris Columbus. Claro que aquí todo está menos pasteurizado para los chicos y sostiene algunos rasgos de la crueldad y lo sucio de los mitos iniciáticos de los griegos.
Claro que la suma del 3D no aporta demasiado, y hay que decir que los fondos en muchos casos están desenfocados. Por lo demás, las actuaciones no destacan e incluso hay alguna que no desentona. El protagonista de Avatar, Sam Worthington hace lo que puede como Perseo, mientras que Liam Neeson y Ralph Fiennes cargan con sus actitudes de dioses como pueden.
La historia, por si a alguien le importa, es la de Perseo, semidios que ignora su origen y queda atrapado entre los hombres y los dioses cuando la herejía avanza sobre la ciudad de Argos. Si Perseo se obstina en querer cumplir todo como un hombre, es para que la cosa sea un poco más complicada y despierte atención. Claro que la cuestión le saca gracia al asunto, pero para ser justo, por lo menos hace que la película dure lo justo y necesario.