Pryce y el 3D justifican secuela de G.I. Joe
En la primera y olvidable "G I Joe", llamaba la atencion la presencia de un Jonathan Pryce interpretando a un presidente que no diferia mucho de su Peron de "Evita" de Alan Parker.
Ahora, junto al contraataque del cuerpo de G I Joes, Pryce toma revancha de su insulso personaje del film del 2009 y se desdobla encarnando al mismo presidente del film anterior, ahora secuestrado por un doble malísimo dispuesto a todo.
Dwayne Johnson toma el rol protagónico con su habitual entusiasmo, y no se puede dejar de mencionar a un sorprendente Bruce Willis en una de esas apariciones realmente extrañas que sus fans siempre agradecen.
A diferencia del anterior, aquí sí los distintos personajes tienen matices y, sobre todo, cada tanto hay secuencias de acción en 3D endemoniadamente vertiginosas, filmadas por los encargados de la segunda unidad (sin duda mucho más creativos que el director Jon M Chu, que por momentos se cuelga en situaciones demasiado dialogadas, generalmente tan insensatas como la duración de 110 minutos).
Los efectos 3D: son de lo mejor que se haya visto en cuanto a la estereoscopia digital aplicada a escenas de acción con algún sentido de realismo. Abriendo la segunda mitad del film, hay unos duelos ninjas y masacres alpinistas multicolores que justifican el precio de la entrada, igual que el maestro ninja que interpreta RZA, inigualable rapper y experto en kung fu.