Cambian los gobiernos, la corrupción queda
Daniel Otero retoma un caso policial -que lamentablemente no es singular- sino que es un botón de muestra de la matriz corrupta enquistada en las altas cúpulas del poder, donde la tristemente célebre aduana paralela de los 90 es el ingrediente extra del asesinato de un policía honesto que descubrió el negocio que involucraba a sus superiores y a las altas esferas policiales en connivencia con otros actores implicados en un gran negocio.