A Sebastián Alfie, argentino, en estos momentos viviendo en España, le encargaron la difícil tarea de filmar el antes y después de una persona no vidente de manera diferente y novedosa. Para la tarea decide utilizar una cámara Viper, que le otorgaría más posibilidades en cuanto a colores y granulados y encuentra que en Hungría una persona la tiene: Gabor Bene.
En el medio no sabe cómo innovar en el trabajo encargado y es por eso que acepta que Gabor, un otrora director de fotografía no vidente ahora merchand de útiles para filmaciones, integre el rodaje con su viejo cargo. “Gabor”(Argentina/España, 2013) es un doble relato de cine dentro del cine y de los desafíos de intentar ponerse en la piel del otro cuando un “impedimento” marca a fuego la existencia.
Tanto Alfie como Bene poseen personalidades fuertes, y si bien en algún momento chocan por decisiones laborales, a nivel personal el vínculo que inician es tan fuerte que supera la mera realización del documental. Alfie ve en Gabor la posibilidad de representar todo aquello que quiere contar en imágenes y no puede, para el caso le pide ayuda a su madre, quien a larga distancia asistirá al joven director con decisiones que van más allá de meros consejos y que intentan ubicarlo dentro de las posibilidades que Gabor transitará en esta aventura.
De España a Bolivia. De la urbe a El Alto, una población indígena Aymará en la cima de una montaña que complicará la realización y exigirá que los cuerpos de los actores se acondicionen para conseguir el objetivo. En el medio del proceso de filmación del trabajo por encargo algunas trabas, de los tres casos de personas que recibirán tratamiento y operación para volver a ver, sólo una podrá finalmente tener una resolución óptima y consecuentemente completar el proceso ante cámaras.
Y ahí el planteo filosófico sobre la condición del director y del no vidente, uno se cuestiona al otro, ¿sirve generar una mentira para cumplir con el objetivo? ¿o simplemente hay que permitir que la realidad se plasme en la pantalla?. “Gabor” es un filme que reflexiona sobre el encuentro de dos personas con ganas de seguir contando historias y hacer cine, pero también sobre la fuerza que mueve a los seres humanos a pesar de sus limitaciones.
Con trazos gráficos, una banda sonora estimulante y la presentación del personaje principal como un imán, Alfie evita que el documental caiga en lugares comunes, todo lo contrario. El filme analiza las más profundas sensaciones de Gabor y pone en pantalla su punto, vaya ironía, de vista, que a medida que avanza el metraje se va mostrando y potenciando en cada jornada de rodaje. Una película optimista, que permite conocer más de ciertas limitaciones incluyendo, en un juego osado y arriesgado, pero con buen resultado, a un miembro de la comunidad no vidente como productor del discurso. Emotiva.