Con la excusa de registrar el preparado de una exposición de máscaras de la artista Luisa Valenzuela, el director Miguel Baratta reflexiona sobre la cultura y el folklore, la tradición y el rol de esta en la sociedad.
Tal vez su especificidad no la hace visible para todo el mundo, como tampoco su errático camino para desentrañar el velamiento de la identidad tras el uso de caretas que hacen más tolerable la vida en comunidad.