Garfield deja las lasañas
Tercera incursión cinematográfica para el gato más famoso por su vagancia y glotonería, y primera en versión animada 3D, Garfield y el escuadrón de las mascotas es una historia que escapa de su mundo cotidiano y se llena de superhéroes.
En el lejano planeta de Tontolandia, la villana Vetvix ha robado la pistola molecular (que transforma a las víctimas en zombis mezclando sus moléculas con las de otro ser) y tiene cautivos al emperador Jon y a su fiel servidor Wally. Luego de derrotar al escuadrón de las mascotas con tan poderosa arma, el superhéroe Garzooka partirá hacia el planeta de los dibujos para conseguir que los amigos de Garfield, quienes tienen el mismo ADN que su escuadrón, lo ayuden a combatir a la malvada Vetvix. Juntos, Garfield, Garzooka y el nuevo escuadrón se enfrentarán a la villana para salvar al universo.
Garfield ha cosechado miles de fanáticos durante los últimos treinta años (fue publicado por primera vez en 1978), inicialmente como comic y luego conquistando el mundo de la televisión y todos los territorios que el merchandising globalizado puede alcanzar. Es por eso que probablemente sus seguidores estén aguardando con ansias este film. Independientemente de las impresiones causadas por las dos primeras películas, los grandes personajes de los cartoons son siempre anhelados en la pantalla grande y, actualmente, la tecnología 3D es el comodín en boga. Sin embargo, es probable que no todas las expectativas estén cubiertas.
En primer lugar, el argumento en sí peca de simplismo. Es difícil hoy en día excusar a una película por el hecho de que sea para público infantil. ¿Cuántos films animados supuestamente para niños hemos disfrutado como adultos?. E incluso, ¿no hay algunos que hemos visto varias veces y no nos cansamos de ver?. Por otro lado, muy poco de la esencia de Garfield se aprecia en este combate intergaláctico. Es difícil traspasar a guión cinematográfico una historia nacida para ser contada en episodios que narran aventuras de la vida cotidiana. En este sentido, parecería que el resultado no fue del todo acertado.
En segundo lugar, si los fanáticos de Garfield han estado esperando verlo en animación 3D, no sólo habría que cumplir esas expectativas, sino también las de un público que en los últimos años se ha acostumbrado a un altísimo nivel de calidad en las películas de este formato. Garfield y el escuadrón de las mascotas (2009) difícilmente alcance esos estándares. El desarrollo de los mundos creados y de la estética de los personajes no son muy osados y, además, visualmente la película no resulta demasiado atractiva. Por momentos parece un cartoon que podría haber sido hecho en la década del noventa.
Los fanáticos de Garfield probablemente se sientan desorientados ante esta versión tan extraña del felino, aunque tal vez les cause simpatía ver en acción al escuadrón de las mascotas (originalmente el concepto fue desarrollado en 2002 y publicado como serie de libros, en los Estados Unidos, claro). Aun así, si el plan es ir al cine para procurarles a los más pequeños una tarde de diversión, los combates y los superhéroes podrían garantizarla.