Un amor con siete vidas.
Gaturro se ganó un lugar en el mundo de la historieta desde la contratapa del diario La Nación. Su éxito, que tiene como base de sustentación a los niños, hacía inevitable que tarde o temprano llegara a la pantalla grande. Así funciona la implacable maquinaria de la industria cultural. Canibaliza los contenidos que tiene suceso, reciclándolos para sacarle el máximo provecho. Así es como el gatito, sensible y simpático, se agiganta en una historia que en el cine se suma a la moda del 3D. Entretenida, la película gira en torno a las desventuras que vive el felino en su desesperado intento por seducir a Aghata, su eterna enamorada. La historia, claro está, está matizada con las ironías que hicieron famosa al personaje nacido de la pluma inquieta del dibujante Nick. Lo mejor: la escena inicial, que repasa la vida de los protagonistas de la película.