Con pocas innovaciones, Geo-Tormenta busca reinventar el cine de catástrofe sin mucho éxito, a pesar de contar con un buen cast, la falta de ideas y los pobres efectos especiales la ponen muy por debajo en el ranking de las películas del género.
En el año 2019 la humanidad enfrenta una posible extinción cuando la naturaleza, fuera de control, luego de muchos años de abuso, sufre una especie de descompensación que termina en catástrofes climáticas que ponen en vilo a la humanidad. Producto de eso, las naciones se unen en el proyecto Dutch Boy que logra controlar por un sistema de satélites los climas del mundo, logrando una nueva armonía, no sólo en cuanto al tiempo sino a la unión de los diferentes países del mundo.
Pero ahora todo está en peligro porque alguien está saboteando la estación espacial que controla los satélites y eso provoca que, en algunas ciudades, la población muera. Es momento de recontratar al creador de Dutch boy (Gerard Butler) para que viaje al espacio y arregle el problema.
El poco inspirado argumento de Geo-Tormenta no es más que una excusa para intentar un cruce entre las ya mediocres Armageddon (Michael Bay, 1998) y 2012 (Roland Emmerich, 2009). En parte película de catástrofe climática y en parte thriller de acción espacial, nunca logra el clima que podría haber tenido. La geo-tormenta no llega nunca a corporizarse y los fenómenos atmosféricos son poco creíbles y están mal diseñados, provocando más risas que empatía en el espectador.
El cast es lo más prolijo dentro de la película, aunque en papeles ridículos hasta actores como Ed Harris o Andy García terminan siendo difíciles de asimilar. Por lejos lo mejor es el hallazgo de Talitha Bateman en un papel muy cliché pero con un muy buen desempeño actoral.