Geo-Tormenta

Crítica de Héctor Hochman - El rincón del cinéfilo

La producción de cine catástrofe nuestra de cada año viene plagada con todos los clichés posibles, una conjunción de todos los lugares comunes posibles ya transitados y establecidos por la historia de este sub genero del cine.
Desde la primera escena todo es del orden de lo previsible, que a partir del tipo de cine al que adscribe es una situación previsible, valga la redundancia, acá podría haber escrito un sinónimo tal como “predecible”, pero me hago eco de la producción. Por lo cual sólo se le debería exigir algo bien construido, aunque en este caso se puede decir que logra ser narrado de manera casi eficiente, sostenido, claro, desde lo visual.
No le pidamos un guión inteligente, ni diálogos profundos, hay algunos que se instalan antes en lo políticamente correctos, pensados como perspicaces.
Por supuesto que la producción no reniega su origen y su finalidad de ser pochoclera, de principio a fin, sin golpes bajos pero plagado de todos los males que su existencia requiere.
El ingeniero Jake Lawson (Gerard Butler), diseñador de satélites, ha sido desafectado de su creación por enfrenar al poder de turno. Años después, y luego de una falla en la mayor parte de los satélites meteorológicos de la Tierra, es llamado a formar equipo para reestablecer el orden a las ordenes de su hermano Max (Jim Sturges), quien ocupo su lugar, quienes hace años que no se hablan. Pero ahí aparece irremediablemente el aporte argentino del Martín Fierro.
El bueno de Jake deberá viajar al espacio, prometiéndole a su hija que volverá, que es su obligación salvar al planeta de una tormenta artificial de proporciones incalculables en tanto consecuencias trágicas.Hecho que la hija sabe, pues es la narradora de la historia, pero claro que la niña nos lo cuenta desde su futuro inmediato, siendo su pasado nuestro futuro. ¿Se entiende?
Pero lo peor es desde donde y cómo contar lo que debe suceder en un filme catástrofe que intenta mezclar el cine de catástrofes, la aventura espacial, la intriga política, y un supuesto orden de lo canallesco. Lo cual establece que el problema climático que cuenta la historia es por intromisión de lo humano en tanto degradación moral.
Un conjunto de actores internacionales para tener mejor repercusión en la taquilla, entre los que se destacan el yankee Ed Harris, el cubano Andy Garcia, la rumana Alexandra Maria Lara haciendo de una ingeniera alemana de manera eficaz, y el mejicano Eugenio Derbez, haciendo de un astronauta mejicano, pero no creíble ni de navegante espacial ni de mejicano (creo que estoy repitiendo mucho lo de mejicano. ¿No?)
La ópera prima de Dean Devlin, guionista de “Dia de la Independencia” (1996), se muestra como una copia de si mismo, tanto desde lo conceptual como de la imagineria, mixtura de imagen e ingeniería visual.
Si algo hay de casi infrecuente u original es que el presidente de los Estados Unidos de America es de un claro origen latino, lo que no se sabe si es anticipatorio de un futuro posible, o del orden de lo satírico. Por lo demás todo circula por los cánones comunes y corrientes, por lo cual aburre, hasta aparece la infaltable y esperada escena del perrito, sólo para poder decir, otra vez nos metieron el perro.