Germania

Crítica de Julieta Bilik - EscribiendoCine

Cuando poco es mucho

Ganadora del Premio Especial del Jurado, y del Premio FEISAL en la Competencia Internacional del 14º BAFICI; la ópera prima de Maximiliano Schonfeld, Germania (2012), cuenta la historia de una familia de ascendencia alemana que vive en una pequeña aldea de Entre Ríos y tiene que exiliarse. Entonces, todas las miradas del pueblo se posan sobre ellos.

Germania es una película pequeña, que pretende poco pero que logra mucho. Una historia simple, concentrada en un mundo intimista y focalizada en retratarlo. La protagonizan personajes que hablan más con las miradas y los gestos que con las palabras y entonces no dejan espacio para las dudas. La puesta en escena tiene un ritmo rural que para algunos puede resultar moroso, pero los que consigan entregarse y dejarse llevar por el suceder apacible de las imágenes disfrutarán con los atardeceres entrerrianos y los cantos corales alemanes.

Técnicamente correcta, la fotografía simple de Soledad Rodriguez muestra lo que se necesita ver y aunque no peca de preciosismo extremo contiene ciertas imágenes para el recuerdo. Como aquellas vistas en perspectiva del gallinero o el plano del amanecer con el que inicia la película.

Un apartado especial merece el montaje sonoro, el cual aporta mucho a la creación del clima y a la identidad de Germania. Anticipándose a los nuevos escenarios, los momentos musicales creados por Jackson Souvenirs son a la vez conector de las acciones y telón de fondo para que ocurran. Aportan, además, emoción y carácter guiando al espectador en el mundo sutil y misterioso en el que la historia transcurre.

Para sacarse de encima la ciudad y descubrir que con poco se puede contar mucho, sin la necesidad de caer en el regodeo estilístico de lo visual para contar una historia mínima.