Germania

Crítica de Rodrigo Chavero - El Espectador Avezado

Finalmente llega a salas comerciales, "Germania", ópera prima de Maximiliano Schonfeld, ganadora del Premio Especial del Jurado, y del Premio Feisal en la Competencia Internacional del 14o BAFICI; Premio Especial del Jurado en Fresh Film Fest Praga, Mejor opera prima en Hamburgo, y seleccionada en los festivales de Chicago, Gotteborg, Río, Nantes y Toulouse, entre otros.
Schonfeld, elige contar una historia cercana, de desarraigo, incomunicación y ruralidad. La enmarca en un escenario bello, fotografiado con solvencia y envuelto en una atmósfera sugerente y cansina.
La historia que presenta es la de una familia alemana del Volga, radicada en una zona rural de Entre Ríos, que debe enfrentarse a la circunstancia de dejar su chacra y volver a su tierra. Lo que se presenta a priori como una tarea sencilla, no lo es. Los miembros de la misma, tienen parte de idiosincracia local, pero su escencia, es europea, lo cual los transforma en seres callados, llenos de secretos y gran vida interior. Si, es una historia de crisis y destrucción (en cierta manera), de reflexiones en silencio y mucho lenguaje corporal pero el corazón de la historia descansa en la problemática de los dos hijos de la pareja principal: roles jugados por Lucas Schell y Brenda Krutli.
Ellos llevan adelante gran parte de lo emotivo del relato, la despedida de los amigos por un lado, y el destino de un amor que podría tener consecuencias, con un posible embarazo, por el otro. La historia, plagada de silencios y frases en alemán, transcurre lentamente como la hora de la siesta en cualquier pueblo del interior: se toma su tiempo para desarrollarse. Hay cierta rigurosidad estética que impera y los protagonistas se mueven en torno a ese precepto. Para el espectador corriente, no festivalero, "Germania" es un film quizás un poco árido. Los conflictos están (de hecho, las mejores escenas se dan en la larga noche del festejo en esa fiesta que va cerrando la película), pero se van presentando de manera un poco lejana e impersonal. Podría pensarse que va a tono con el espíritu teutón, pero, cinematográficamente, la hace más fría al público.
En síntesis, una historia singular, pequeña, contada con pocos elementos, subordinados a una disciplinada estética pueblerina muy bien fotografiada. Recomendable, si les gusta el cine independiente y de autor.