Lo primero que tenemos que saber de “Ghost In The Shell” es que, a pesar de que tenga escenas calcadas de la película original, es muy diferente a su material base, ya que no logra explorar todos los aspectos y subtramas que se incluyeron en la anterior y eso la deja en offside. Va a ser muy difícil que se logre, pero al salir de la sala deben evitar compararla con la misma, ya que son dos cosas distintas y que consiguen resultados dispares.
La adaptación hollywoodense de “Ghost In The Shell”, sin embargo, logra entretenerte a pesar de la extensión de su duración en relación al animé, a base de efectos visuales, una gran fotografía y recreación de escenarios. Ahí es donde se encuentra su punto más llamativo y admirable, en lo visual, ya que uno se pierde a veces en este futuro ficticio que se creó nuevamente para la película y cada lugar en el que se ambienta la acción es excelente. Se nota el respeto por la obra original, en ningún momento llegás a pensar que se la está profanando o insultando y creo que tampoco trata de ser ambiciosa por su parte.
Más allá de la controversia de si Scarlett Johansson debería personificar un personaje asiático originalmente (cosa con la que estoy bastante en desacuerdo, pero entiendo que se necesitaba de una estrella para promocionar el film) está muy bien dentro de su papel y tiene muy buenos momentos, especialmente en las escenas de acción, donde se luce, logrando ser una de las estrellas de acción femeninas del momento. Llegué a escuchar comentarios de que se la notaba muy acartonada…está personalizando al recipiente de un alma humana, casi como si fuera un androide con sentimientos y sensaciones, por lo que es normal que haya encarado el papel por ese lado.
La dirección de Rupert Sanders se destaca también por sobre la media, su narración es bastante dinámica y sobresale en las escenas de acción que están muy bien filmadas en todo momento, nada se pierde y podes ver con claridad todo lo que pasa. Lamentablemente, y como dije antes, dura cerca de 40 minutos más que la película original y esto causó que muchas de las cosas que se podían apreciar claramente acá sean pasadas por arriba como si nada. No busca generarte pensamientos encontrados, ni dejarte pensando a la salida de verla ni mucho menos quedar en tu retina cinematográfica por mucho tiempo, sino que su objetivo principal fue entretener sin arruinar la obra en la que está basada.
Pierde su dinamismo por momentos en pos de un par de escenas que parecen sacadas de un manual de personajes con conflictos de identidad, pero a pesar de sus defectos, “Ghost In The Shell” cumple, no te hace sentir estafado, te divierte en todo momento gracias a la opulencia visual y te deja con ganas de volver a ver el animé original. Dentro de todo, quizás eso sea lo mejor que te deja.
Puntaje: 3/5