Parece increíble pero, luego de 11 años del estreno de su primera parte, la saga de “Cars” llegó a su tercera entrega. En mi parecer, las historias del Rayo McQueen salieron con resultados dispares: el primer film era una película muy divertida para chicos y grandes que mostraba que nunca era demasiado tarde para que alguien cambie. Esa filosofía recuerdo que me agradó mucho cuando fui a verla allá por el lejano 2006. Luego llegó “Cars 2” en 2011, algo que no me copó mucho y que luego de verla sepulté en mi memoria porque me pareció estúpida y sin ningún momento digno de pertenecer a la biblioteca de recuerdos Pixar, por lo que se podrán imaginar que al anunciarse la tercera entrega no salté de la alegría precisamente. Pero “Cars 3” llegó a nuestras salas y el resultado no sólo es una sorpresa si miramos al pasado sino que tiene un dejo de dramatismo que no recuerdo haber visto en las entregas anteriores. Disney se comprometió a enmendar los errores de aquella segunda vista y se enfocó en hacer una película divertida que analiza muy bien lo que es evolucionar en la vida y dejar el pasado atrás. El humor quedó bien pulido y tiene muy buenos momentos que pueden gustarle no sólo a los chicos, a los que está apuntada, sino que también a muchos grandes. Se la hizo mucho más familiar sin volverla tonta y eso es un gran punto a favor. Lugar aparte para el doblaje en inglés que, por más de que uno no esté acostumbrado, encaja a la perfección y no queda ridículo. La animación, como es de esperarse, es maravillosa, destacándose los elementos naturales como el agua o la arena, que parecen filmados como una película de actores en carne y hueso. Si bien no llega a ser una joya de la filmografía de Pixar debido a que omiten muchos pasos que hubieran sido muy buenos de profundizar y la historia queda acortada a lo que los menores puedan “soportar” ver, no es una mala película y es bueno que el cierre de la trilogía sea algo decente y lindo de ver más que un tercer film metido a la fuerza para vender juguetes. Pixar siempre saldrá ganando ¿no? Puntaje: 3.5/5
Películas temáticas, que subgénero difícil. Todos conocemos muchas películas que abordan exclusivamente un tema, tratando a la audiencia como si el tópico interesara a todo el mundo. Las hay en todas sus variantes: De economía, política, etc. Esta semana llega a la cartelera “Gold”, un film que trata sobre la minería, la búsqueda de minerales y lo que hay detrás de una excavación. Si leíste esos párrafos y no estás convencido, ya sabés que la película muy improbablemente te cause alguna emoción u intriga y eso es lo que a mí me terminó pasando. El gran problema de “Gold” es que es una película gris: sin emociones, sin una trama que atrapa, y que si no fuera por Matthew McConaughey y Edgar Ramírez sería algo directo a DVD. Su director Stephen Gaghan ya había trabajado otro tópico difícil como el del petróleo en “Syriana” (2005), y el resultado fue un film que pocos recuerdan. No me malinterpreten, tiene cosas a favor. La fotografía y dirección por momentos son muy buenos y ayudan un poco a la nota final. Lo mismo pasa con la música que acompaña muy bien por momentos. Los actores están correctos, Matthew McConaughey es el que por supuesto más se destaca al personificar a un Kenny Wells muy abultado por el paso del tiempo, con esa pelada y panza. El trabajo de McConaughey es muy bueno por lo que hace con sus expresiones y la voz, ronca por momentos, para darle una identidad. “Gold” podría ser una película pasatista si no fuera porque es muy aburrida. En sus dos horas de duración y, a pesar de estar basada en una historia real, no pasa nada y cuando ocurre las situaciones pasan a un segundo plano por lo poco conectados que estamos a la historia real. Nunca te llegás a preocupar por el destino de los personajes tampoco, porque nunca lograron atraerte. No hay mucho más para decir, si te gustan los films con tópicos atípicos podrías darle una oportunidad, pero cualquier otro tipo de público debería avanzar con cuidado. Puntaje: 2/5
Esta semana llega a los cines “The Founder”, una película bastante retrasada hace meses que nos viene a contar la historia de cómo fue verdaderamente la llegada al éxito de la franquicia “McDonald’s”, que tiene bastantes más aristas de lo que creíamos. Lo que es sorprendente es que de un tema que quizás todos no conocemos salió un film muy entretenido, sobre todo por la fuerza de sus actores principales y una narración que no decae en ningún momento gracias a la dirección de John Lee Hancock. A pesar de que hay otras producciones que abordaron el tema de Ray Kroc y su rapidez mental para el imperio de las hamburguesas, este film abarca todo lo que ocurre desde que descubre este emprendimiento, vemos evolucionar a su versión cinematográfica que nos hace transitar distintos estados de ánimo durante toda la película. Es genial que a medida que pasan los minutos pases del cariño a la admiración, para luego a la decepción y finalmente a un odio total hacia este señor que no paró ante nada para ser el rey. Michael Keaton se adueñó completamente de Kroc, casi haciéndolo un personaje completamente creado para la pantalla y escrito para las situaciones que se muestran. Las aristas anteriormente mencionadas que despliega son geniales y luego de verlas es difícil imaginar a otro actor, que agradezco tener nuevamente en pantalla luego de varias producciones fallidas hace años. A su vez lo acompañan muy bien Nick Offerman y John Carroll Lynch interpretando a los dos hermanos McDonald. Es una película discreta que no tiene muchas más virtudes, ya que incluso hubiera sido perfecta como una obra de teatro. Sus actuaciones, dirección y ambientación lo hacen notar. Si vas buscando un film tranquilo, que no sea tan pretencioso y te cuente una historia interesante, de esas que podés presumir que conoces en tu reunión de amigos, “The Founder” es una muy buena opción para que veas este fin de semana. Puntaje: 4/5
Lo primero que tenemos que saber de “Ghost In The Shell” es que, a pesar de que tenga escenas calcadas de la película original, es muy diferente a su material base, ya que no logra explorar todos los aspectos y subtramas que se incluyeron en la anterior y eso la deja en offside. Va a ser muy difícil que se logre, pero al salir de la sala deben evitar compararla con la misma, ya que son dos cosas distintas y que consiguen resultados dispares. La adaptación hollywoodense de “Ghost In The Shell”, sin embargo, logra entretenerte a pesar de la extensión de su duración en relación al animé, a base de efectos visuales, una gran fotografía y recreación de escenarios. Ahí es donde se encuentra su punto más llamativo y admirable, en lo visual, ya que uno se pierde a veces en este futuro ficticio que se creó nuevamente para la película y cada lugar en el que se ambienta la acción es excelente. Se nota el respeto por la obra original, en ningún momento llegás a pensar que se la está profanando o insultando y creo que tampoco trata de ser ambiciosa por su parte. Más allá de la controversia de si Scarlett Johansson debería personificar un personaje asiático originalmente (cosa con la que estoy bastante en desacuerdo, pero entiendo que se necesitaba de una estrella para promocionar el film) está muy bien dentro de su papel y tiene muy buenos momentos, especialmente en las escenas de acción, donde se luce, logrando ser una de las estrellas de acción femeninas del momento. Llegué a escuchar comentarios de que se la notaba muy acartonada…está personalizando al recipiente de un alma humana, casi como si fuera un androide con sentimientos y sensaciones, por lo que es normal que haya encarado el papel por ese lado. La dirección de Rupert Sanders se destaca también por sobre la media, su narración es bastante dinámica y sobresale en las escenas de acción que están muy bien filmadas en todo momento, nada se pierde y podes ver con claridad todo lo que pasa. Lamentablemente, y como dije antes, dura cerca de 40 minutos más que la película original y esto causó que muchas de las cosas que se podían apreciar claramente acá sean pasadas por arriba como si nada. No busca generarte pensamientos encontrados, ni dejarte pensando a la salida de verla ni mucho menos quedar en tu retina cinematográfica por mucho tiempo, sino que su objetivo principal fue entretener sin arruinar la obra en la que está basada. Pierde su dinamismo por momentos en pos de un par de escenas que parecen sacadas de un manual de personajes con conflictos de identidad, pero a pesar de sus defectos, “Ghost In The Shell” cumple, no te hace sentir estafado, te divierte en todo momento gracias a la opulencia visual y te deja con ganas de volver a ver el animé original. Dentro de todo, quizás eso sea lo mejor que te deja. Puntaje: 3/5
Después de tres décadas de sólo soñar con materializar en el cine una obra que siempre persiguió, Martin Scorsese vuelve a las salas con “Silencio”, una película que funciona de manera hermosa pero que, quizás por primera vez en la filmografía del director, no es para cualquier público. Su temática es bastante selectiva y puede que no le interese a todos de la misma manera Recuerdo haber visto en mis primeros años de secundaria “La Misión” y que me haya embolado como pocas veces en mi vida. Hasta volver a verla ya con un sentido claro de lo que iba a ver fue algo que odié y lo mismo puede pasar con esta película, que transcurre en Japón, con lo que conlleva una forma de desarrollarse distinta. La forma de retratar al pueblo japonés, junto a sus costumbres, tiene su cosa increíble y su cosa densa, como toda película que trata de abarcar mucho y más tratándose de un film que puede pecar de ambicioso por momentos, casi gritando a los cuatro vientos con cada fotograma que quiere llevarse premios. La dirección de Scorsese es fascinante. Todos tenemos en claro que es uno de los mejores directores que habitan nuestro planeta, que sabe perfectamente cómo colocar una cámara y evocar sensaciones, que sabe cómo ambientar un buen plano o cómo desarrollar una escena en particular y acá, tratándose de un proyecto al que le inculcó tanta pasión, no pasa algo distinto, ya que tiene unos planos maravillosos, una fotografía hermosa y se nota en particular la dedicación que se le puso en cada escena. Pasando al plano actoral, Andrew Garfield y Adam Driver son, por supuesto, los que más se destacan y los que más elogios merecen. Los dos se metieron de lleno en sus papeles y tienen escenas impactantes. Dice mucho de un actor que en una performance te transmitan cosas sólo con sus miradas, cosa que acá pasa bastantes veces y es para destacar. Liam Neeson tiene escenas muy buenas también, en las que vuelve un poco a su pasado de actor dramático. Si “Silencio” no se lleva una nota máxima es por su duración, la cual si la ves desprevenido te va a causar agarrarte la cabeza y esperar lo peor. Y es cierto, muchas veces el film se alarga tanto que parece una tortura fílmica, pero si llegas a agarrarle la mano y estás dispuesto a entregarte a una buena historia, creo que “Silencio” es un gran exponente del cine y una de las cosas más profesionales, visualmente hablando, que Scorsese entregó. Puntaje: 4/5
“Jackie” es una película discreta. Esa es la manera más sólida de definirla. Cuenta con unos diálogos precisos, con un trasfondo histórico y político muy fuerte, y técnicamente es muy buena: Su vestuario, la recreación de época, las excelentes actuaciones y el peso del drama en el espectador es lo que más caracterizan a esta película a la hora de describirla por sus atributos. Todos y cada uno de los mismos son muy destacables en lo suyo y si no estás muy aburrido para prestarles atención vas a notar lo mismo que yo. Aplausos de pie para Natalie Portman que se convirtió literalmente en Jackie para retratar a esta personalidad que hoy en día es algo mucho más grande que una ex-primera dama y lo hace saber en la manera en la que se la retrata. A destacar muy bien también la dirección de Pablo Larraín, quien hace muy poco sorprendió al público local con “Neruda”. Larraín es un hombre de narraciones destacadas y de profundidad de personajes y eso se nota, y al ser casi un especialista en eso sale muy bien parado. Es una película que se disfruta si sos de ver films con climas propios, pausados y que tengan su propia impronta. De ser así, creo que la vas a disfrutar a pleno, pero si sos del lado opuesto de la ocasión, creo firmemente que “Jackie” no es tu opción más potable en el cine, ya que también (como todo) tiene su sabor amargo y es que por momentos miras el reloj más de una vez esperando tener algo más para disfrutar. En resumen, “Jackie” es una buena película. Cumple con su objetivo de entretenerte con una historia que quizás no todos conozcamos y que muchos se van a sorprender de encontrar: El lado b de la tragedia Kennedy. Puntaje: 3/5
El hecho de que el cine de acción esté pasando un momento tan decadente hoy en día es alarmante. Muchas de las propuestas que se estrenaron últimamente brindan un entretenimiento tan vacío y poco ameno que muchos perdemos las esperanzas de ver algo decente continuamente. Cuando hace un par de años “John Wick” (donde acá le dieron el trillado nombre de “Sin Control”) se estrenó en las salas argentinas vimos una luz de esperanza: Representaba una película con unos momentos tan increíbles, que nos quedaron ganas de verla una y mil veces más y, más importante aún, una secuela, que por fin llegó. Y lo hermoso de todo esto es que “John Wick 2” es aún mejor que la primera, y eso es algo que no se ve muchas veces en el cine actual. “John Wick 2” arranca con una nueva historia que no difiere mucho de lo que fue la premisa de su primera entrega, y sin embargo eso no nos importa, ya que apenas el film empieza nos vemos sumergidos en la espiral de brutalidad y sangre que Keanu Reeves despliega, apoderándose de nuevo de su personaje y de las ganas de ver morir muchas personas con sus habilidades. Esta segunda parte expande mucho más la mitología del mundo de los asesinos, de la cual sólo habíamos percibido una pequeña parte en aquel film y que nos dejó con ganas de más. En esta oportunidad vemos que el grupo de sicarios abarca todo el mundo, en cualquier ámbito, pueden estar escondidos en cualquier parte sin que nos demos cuenta y eso nos brinda unos cuantos momentos maravillosos que te van a sacar más de una sonrisa. El balance de la acción con muchos momentos de comedia está excelentemente manejado. Sin ir más lejos, la broma al “Papa” es algo tremendo. Keanu Reeves vuelve a estar impecable (sin ser un actorazo) como Wick, ya creando una leyenda misma con este personaje y con todo lo que puede narrar y lograr con una simple historia de venganza. ¿Por qué no mencioné la misma hasta ahora? Redundante. Creo que es hora de que nos demos cuenta de que, cuando nos sentamos a ver dos horas de pura acción es para disfrutar de un festín de violencia y no para profundizar en todos los huecos argumentales que la misma puede tener. Las escenas de acción a cargo de Chad Stahelski (que se nota su mano como doble de acción) son impecables y la manera de coreografiar las armas con las peleas es algo sublime. Tiene momentos que nos gustaría rebobinar una y otra vez sin perdernos ni un detalle, donde por momentos hasta la fotografía resalta. Y no hay mucho más para decir. Al que le gusta este tipo de propuestas y llegó hasta acá ya está convencido, y el que no, tiene muchas otras opciones en cartelera para revisar. “John Wick 2” es un festival de acción, balas, sangre, muerte y rememoración al cine de acción de los 80 y 90 que tantas alegrías nos dio y nos sigue dando de vez en cuando. La principal razón por la que este estreno se celebra, y por la que, si sigue este camino, esperamos con ansias una tercera parte. Puntaje: 5/5
Cuando se trata de analizar las nominadas al Oscar uno tiene que tener un especial cuidado: Se tratan de historias que uno tiene que mirar desde el lado de la academia, y entender (o no, en muchos casos) por qué está en el podio de las elegidas del año para llevarse el premio. Y al encontrarnos con “Hell or High Water” notamos, al terminar, que cumple perfectamente como película que entretiene y que tiene unos puntos a destacar muy sobresalientes. Ahora…¿responde a la pregunta de por qué está entre las nominadas? Creo que no, la opción más viable es que es la famosa “película chica cuya nominación es el premio” y en ese caso se lo merece. En “Hell or High Water” nos encontramos con Tanner (Ben Foster) y Toby Howard (Chris Pine), dos hermanos que viven en el estado de Texas y que, tras la muerte de su madre, se proponen atracar el mayor número de bancos de la zona en un breve periodo de tiempo. Pasando a destacar al film “Hell or High Water” es una muy buena película de suspenso, con escenas de acción muy bien articuladas y cuyo timón lo tienen la trinidad de actores excelentes que se formaron en esta producción: Chris Pine, demostrando que puede hacer muchos más que los papeles a los que lo adhieren, Ben Foster (un excelente actor con papeles tremendos) que acá se destaca de nuevo por inculcarle una personalidad de loquito a su personaje y Jeff Bridges que está muy bien por su sheriff incorruptible y que tiene grandes momentos cómicos. Por momentos la película remite a los clásicos western con escenas muy bien orquestadas en cuanto a su fotografía, planos y tratamiento de las persecuciones, con una clara influencia de muchas películas conocidas por su ambiente sucio y polvoriento. Mérito del director David McKenzie, que si bien no está entre los ternados este año su labor merece mencionarse en cuanto portal se hable de él. Si bien la trama se suelta con ligereza y nos inculca un grado de tensión muy particular creo también que la prensa mundial se fue para cualquier lado con algunos elogios exagerados que la nombraban como “la película del año”, “la merecedora del Oscar” y mucho más. Estamos en tiempos en donde cuando una buena propuesta llega al cine y maravilla a la mayoría muchos creen que debería tener premios. Nada más lejos de la realidad. “Hell or High Water” es una muy buena película con grandes toques de suspenso y digna de verse y recomendarse, pero excederse con los elogios puede causar finalmente una decepción, y quizás eso es lo que me pasó al verla. Vayan con cautela. Puntaje: 4/5
“Nieve Negra” se centra en un hombre que vive en un lugar aislado desde que fue acusado de matar accidentalmente a su hermano de un disparo durante una jornada de caza. Allí recibe la inesperada visita de su otro hermano y cuñada que quieren tratar el tema de una herencia, algo que resurgirá viejos fantasmas del pasado. Es un orgullo poder seguir diciendo que el cine argentino estás más vigente que nunca. Desde hace tiempo que se vienen produciendo cosas excelentes y “Nieve Negra” no escapa a esta categoría. Tener a dos de los mejores actores del país como Ricardo Darín y Leonardo Sbaraglia en una misma película es algo imperdible, y se hace mucho uso de eso seguidamente, muchas escenas que se cierran en un duelo actoral. Los dos cumplen perfectamente en sus roles, como es usual les crees todo, lo que demuestra un gran trabajo también en la dirección de Martín Hodara, que con sus planos repletos de una gama de colores perfectos hacen una muy buena combinación. Si bien la historia es bastante conocida, acá reina bastante la tensión, donde va a haber momentos que nos preguntamos segundo a segundo qué va a pasar y eso denota un buen tratamiento. ¿Entonces esto significa que la película es perfecta? No, lamentablemente tiene sus defectos, y el mayor de ellos es el ritmo de muchas escenas que parecen más largas de lo que son, así como tiene momentos que parece que van demasiado rápido. Su compás es variado y se nota en varias partes. Debido a esto quizás el primer acto de la cinta se torne algo lento para muchas personas, que recompensa enormemente en su media hora final, donde se revela todo; el film da un giro de 360º y termina de la mejor forma. “Nieve Negra” es un gran thriller de suspenso con unas inmensas actuaciones y que vale la pena ver, pero al que no le habría venido mal un tratamiento distinto tampoco. Puntaje: 4/5
Hay películas que se basan prácticamente en el desarrollo de personajes. Muchas otras en las interpretaciones de los actores que los personifican, y muchas otras veces en la capacidad del director de narrar una buena historia. “Aliados” encuentra sus mayores virtudes en todas estas categorías y por suerte es para celebrar porque en balances generales la película cumple y mucho. Los primeros 20 minutos de la misma se encargan de presentarnos a los personajes de Brad Pitt y Marion Cotillard, las dos piezas clave del film y sobre las cuales se sostiene casi toda la cinta, para que empaticemos con ellos, conozcamos su situación para prepararnos para la movida inicial con la que se desencadena la historia principal. A partir de ahí suceden un sinfín de situaciones muy interesantes, cada una mejor contada que la otra en donde nos damos cuenta que el equipo completo colaboró para brindarnos una gran historia: Zemeckis dirige muy bien y acá cada plano viene acompañado de una muy bella fotografía y de una ambientación de época muy lograda. Junto a esto, que el guión no le de más vueltas al asunto de las necesarias es algo que hay que mencionar alegremente. Pero aunque tenga muy buenas cosas debemos comentar un gran punto en contra y es que la película por momentos se toma su tiempo para contarte cosas que se podrían haber ahorrado. Los más impacientes quizás cabeceen un poco durante esos momentos, que si bien no son muchos, se notan a lo largo del metraje. Luego de que las dos horas y 4 minutos finalizan (que no se notan tan aletargadas) , te queda la sensación de que te contaron una buena historia, que puede no haberte volado la cabeza pero que te entretuvo de principio a fin. Si no hay más pretensiones, “Aliados” es una gran propuesta para ir a ver al cine. Puntaje: 4/5