- ¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo si pierde su alma? Blaise Pascal
Plantear la crítica de una remake es complicado, peor aún si la adaptación es hito de la animación mundial. La mayor dificultad reside en entender la obra como complemento de su totalidad o, descontextualizarla, como obra individual. En lo particular simpatizo con la primera idea, y pienso que debe entenderse como totalidad. Dicho esto, expreso mis más sinceras condolencias por el reciente estreno de La Vigilante del Futuro (¡¡Qué traductor hijo de puta!!) o mucho mejor Ghost in the Shell (Rupert Sanders).
Empecemos por lo peor. Dejando de lado las buenas intenciones, a Rupert Sanders y cia., la película les quedo grande. Es denigrante ver como arruinaron la belleza filosófica original por una narración insulsa y vacía. GITS (Mamoru Oshii, 1995) trataba de la naturaleza de la existencia misma. Ambientada en un intrincado plano geopolítico, el espionaje y lucha de intereses evocaban los años de la guerra fría (1945-1989). El sentido de fotografía (oscuro y penumbroso) y los silencios de M. Kusanagi fueron hilos conductores hacia un desenlace inexorable. Ni hablar de la banda de sonido, SU-BLI-ME.
Digo esto, porque en comparación, Ghost in the Shell de Sanders, adolece de alma. Visualmente es impecable, pero aunque el montaje y fotografía respeten la ambientación cyberpunk futurista, no lograron alcanzar la poesía de Oshii, en la que ninguna imagen fue dejada al azar. Otro punto en contra es la banda de sonido. Muuy lejos de lo inquietante y sobria de la original. Pero lo peor de todo, es el guión. Incomprensible como Ehren Kruger (guionista) es seleccionado para una proyecto con tanto potencial como GITS habiendo sido guionista de Transformers: La venganza de los Caídos (Michael Bay, 2009), Transformers: El Lado Oscuro de la Luna (Michael Bay, 2011) y de Transformers: La Era de la Extinción (Michael Bay, 2014). O sea, le pagaron por nada, son tres terribles bostas. Jamás entenderé la devoción del cine comercial (norteamericano) por la simplicidad argumentativa.
Lo peor de la nueva Ghost in the Shell es el guión.
Vayamos a las actuaciones. Puedo decir, sin temor a equivocarme, que toda la Sección 9 estuvo a la altura del film. Me gustaría destacar a Pilou Asbaek que capto perfectamente la esencia de Batou, compañero incondicional de Kusanagi. Es un placer ver a Takeshi Kitano (Aramaki) decir la mejor frase de toooda la película. Scarlett Johansson cumplió con su cometido, solo que dé a momentos fue gracioso ver como movía los brazos en busca de emular un androide. Una pena que el resto del equipo no tuviera suficientes minutos en pantalla para profundizar sus personajes. Juliette Binoche (Dra. Ouelet), intrascendente. Peter Ferdinando (Cutter), innecesario. Michael Pitt (Kuze), insufrible.
En conclusión, La Vigilante del Futuro: Ghost in the Shell resulta entendida como obra individual es un excelente entretenimiento, pero como complemento a la obra en sí, es un cascaron vacío, símil a los androides sin su ghost que luchan por el reconocimiento de su existencia.