Ghostbusters: el legado

Crítica de Jorge Bernárdez - Subjetiva

En 1984 “Ghostbusters” fue un éxito de taquilla y con el tiempo se volvió una película entrañable y una referencia pop para distintas generaciones. La segunda parte no fue tan buena, pero mantuvo el espíritu y cumplió pero no se pudo hacer fue la tercera película que estaba pensada. El problema no fue que la segunda no alcanzara los objetivos deseados, sino que en 1993 se estrenó “El día de la marmota”, que hoy es un clásico y que fue un éxito pero el problema fue que durante esa filmación Harold Ramis y Bil Murray (dos de los cazafantasmas originales) dejaron de hablarse. Dos viejos amigos que venían trabajando en el mundo del espectáculo desde mediados de la década del ´70, comenzaron con problemas hasta que en el medio de la filmación dejaron de hablarse. Ramis le puso a Murray a uno de los guionistas para que entre ellos revisaran el guión que Murray quería que fuera más filosófico, mientras que Ramis le recordaba todo el tiempo que la empresa productora esperaba que ellos entregaran una comedia.

Pasaron décadas sin hablarse hasta que en 2010 una enfermedad que se conoce como “rara” dejó a Ramis fuera del mundo del espectáculo. Retirado en un pueblo del interior, Ramis se fue consumiendo hasta que murió en 2014. Pero días antes de que eso ocurriera, Bill Murray llegó al pueblo, fue a la comisaría para preguntar la dirección de Ramis y acompañado por una patrulla llegó a la puerta de la casa de su viejo amigo con una caja de Donas y se quedaron solos para recomponer lo que se había roto hacía años.

Muerto Ramis, se acababa la posibilidad de una tercera película de un título del que la gente seguía hablando así que alguien tuvo la idea de hacer un reboot protagonizado por mujeres que se pusieron los mamelucos de “ghostbusters” y acompañadas por Chris Hemsworth (Thor!) en papel de comediante revivieron aquella historia. Fue en 2016 y nadie quiere acordarse de esa película torpe en la que apenas se hacían referencias a la original.

Tuvieron que volver algunos responsables del film original para recuperar el espíritu y recuperar el legado. Jason Reitman, hijo de Ivan Reitman el director de la película de 1984, se puso sobre los hombros la nueva historia sacudiéndose la película de 2016 y encarando una manera distinta de retomar aquella historia.

La película se centra en la historia de una madre con una hija nerd casi adolescente y un hijo un poco más grande que están siendo desalojados pero tienen una granja en un pueblito del interior que les dejó de herencia el padre a la mujer. Allí van los tres a un lugar en el medio de la nada, la chica nerd tiene un profesor que se llama Gary (Paul Rudd) que les deja a sus alumnos para ver en sus horas de clase el VHS de “Cujo”. Phoebe (Mackkena Grace) está libre para hacer esas cosas que hacen las chicas nerds pero enseguida hace amistad con un compañero al que todos llaman “Podcast” porque tiene uno sobre hechos paranormales y conspiraciones. Trevor (Finn Gofhard al que conocemos de Stranger things) busca trabajo en el pueblo y encuentra un interés amoroso bastante rápido. No hay mucho más que se pueda contar sin arruinar las sorpresas, rápidamente los chicos descubren en el granero la camioneta original de los Ghostbusters y se enteran en que andaba su abuelo.

Pasaron 30 años pero el espíritu está intacto y Jason Reitman hace de esta tercera película de la serie un “coming of age” divertido y sensible, con tiempo para homenajes al cine de los ochentas, a Harold Ramis y a la primera película al punto de llegar al corazón de la cosa. No se levanten de la butaca enseguida por que hay dos escenas post créditos que valen la pena.

GHOSTBUSTERS: EL LEGADO
Ghostbusters: Afterlife. Estados Unidos, 2021.
Dirección: Jason Reitman. Intérpretes: Carrie Coon, Finn Wolfhard, Mckenna Grace, Paul Rudd, Celeste O’Connor, Bill Murray, Day Aykroyd, Ernie Hudson, Annie Potts y Sigourney Weaver. Guion: Gil Kenan & Jason Reitman, basado en Cazafantasmas, película de 1984 escrita por Dan Aykroyd y Harold Ramis. Fotografía: Eric Steelberg. Edición: Dana E. Glauberman y Nathan Orloff. Música: Rob Simonsen. Distribuidora: UIP (Sony). Duración: 124 minutos.